San Rafael, Mendoza viernes 26 de abril de 2024

Dólar y el mercado de ensueño de la política

Dólar y el mercado de ensueño de la políticaNo existe el mercado de ensueño ni prestamista de última instancia para comprar credibilidad, solo queda trabajo por delante.

El dólar, en su multiplicidad de variantes, actúa en la economía argentina como un “seguro”. La gente sabe que cuando la cosa viene fea, el “por las dudas corré al dólar” a la larga generalmente le termina protegiendo sus ahorros de la inflación local.

Esto es consecuencia de las cicatrices que se fueron formando en la memoria colectiva año tras año por culpa de una macro históricamente desorientada, un país sin moneda (el peso no funciona como reserva de valor y tambalea a la hora de servir como referencia para los precios de la economía) y sin incentivos al ahorro.

Por ejemplo: si laburás desde enero del 2004 y tuviste la suerte de nunca perder el laburo y poder invertir unos pesos en un plazo fijo todos los meses; en solo 39 de 217 meses le ganaste a la inflación del mes.

Apostar al dólar billete es lo habitual, aun sabiendo que no es la estrategia más sofisticada: si guardaste 1000 dólares en el colchón hace 11 años, aunque hoy tengas los mismos billetes, vas a comprar y solo te llevás el equivalente a 760 dólares del 2011 en bienes y servicios. La inflación estadounidense también juega (hoy en su mayor nivel de los últimos 40 años). Así y todo, los argentinos seguimos depositando nuestra confianza en ese papelito verde.

Por estos (y muchos otros) motivos el dólar o, mejor dicho, los dólares son uno de los termómetros más importantes de nuestra economía. ¿Cómo está hoy ese termómetro?

Desde que se anunció el entendimiento con el FMI, el termómetro que estaba al borde de romperse se salvó: las brechas del CCL y el blue vs dólar mayorista (que llegaron al 123% y 110% respectivamente en la previa) bajaron considerablemente (73% y 86% actualmente). El mercado festeja que el fantasma del no acuerdo con el Fondo se tomó unas vacaciones. Pero cuidado porque el termómetro sigue marcando fiebre. Tomemos por caso la brecha del dólar blue (las conclusiones aplican también para el CCL como el MEP).

La brecha actual (86%) está más o menos en línea con la del promedio del año pasado (79%). Se acerca el segundo trimestre, estacionalmente de mayor oferta de divisas. ¿Qué tan lejos estamos del 2T del 2021, donde el aluvión de dólares (maná del cielo y de la tierra – DEGs y Agro -) borró las expectativas de devaluación en el cortísimo plazo? En ese momento promedió un 64%, tocando mínimos en 51%. Todavía estamos muy lejos de un veranito cambiario.

¿Y en perspectiva histórica? Si comparamos con el cepo más reciente (CFK II), la brecha promedio del período estuvo apenas por debajo del 50%. En su peor momento amagó con llegar al 80% promedio mensual (aunque en algunas jornadas puntuales alcanzó el 100%). Los niveles de ultra-incertidumbre de por aquel entonces (en sí elevados) no se asemejan ni por casualidad a los que se vieron durante el cepo actual.

La clave está en la muy dilapidada credibilidad de la política económica actual. Esta se vio seriamente afectada en el último tiempo, particularmente por el atraso cambiario electoral del año pasado: el tipo de cambio real multilateral mostró en el 2021 la mayor pérdida de competitividad acumulada en un año de la última década. Este plato combinado con la muy conocida y fracasada receta de pisar tarifas muestran hoy sus consecuencias.

Si a pesar del acuerdo con el FMI y con una política económica con un enfoque más pro-mercado (suba de tasas de interés, contracción real de la base monetaria, aceleración del ritmo de depreciación, intento de recomponer precios relativos – energía –, etc.) la brecha se mantiene en niveles altos, probablemente sea por la falta de credibilidad. Hoy reina el esperar para ver. ¿Ver qué? Que lo pactado se sostenga por lo menos las primeras revisiones trimestrales y no se esfume cuando el tiempo político vuelva a primar sobre el tiempo económico.

En conclusión, la brecha comprimió considerablemente estas semanas. Con el Fondo van a haber dólares para evitar un evento cambiario disruptivo en el corto plazo. Pero ahora viene la parte más complicada: reconstruir credibilidad y reputación para que la calma no sea efímera. No existe el mercado de ensueño ni prestamista de última instancia para comprar credibilidad, solo queda trabajo por delante.

Fuente:https://www.ambito.com/opiniones/dolar/y-el-mercado-ensueno-la-politica-n5392075

 

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