San Rafael, Mendoza lunes 29 de abril de 2024

Muñecas prehistóricas -Por.: Beatriz Genchi

Su existencia se remonta a la etapa prehistórica. En distintos yacimientos arqueológicos se han encontrado restos de muñecas talladas en hueso o madera. En algunos casos, por ejemplo, las halladas en tumbas infantiles, las muñecas han pasado de ser un instrumento para el juego para pasar a ser parte de un ritual.

No es de extrañar que sean de los juguetes más populares, considerando que, al jugar a las muñecas, las niñas desarrollan sus sentimientos maternales. La muñeca es un importante eslabón en el desarrollo afectivo. Se conservan muñecas del antiguo imperio romano talladas en madera, de ámbar y de marfil. Este tipo de muñecas eran muy sofisticadas, estaban articuladas, tenían cabello y estaban delicadamente vestidas

Han sido elaboradas en todos los tiempos y por todas las culturas. Son piezas de colección la serie de muñecas llamadas “Reina Ana” producidas en Europa y las “Peg-wooden”, fabricadas hacia 1.800 que coleccionaba la reina Victoria. Cada una tenía su nombre y estaban inspiradas en las personas de su entorno. Tenía aproximadamente unas de 120.

Las primeras muñecas producidas para su venta comercial se fabricaron en USA entre 1870 y 1873. Era tan común que las mujeres llevaran luto, que muchas muñecas estaban vestidas para la ocasión.

Muñecas mecánicas (autómatas) de sofisticada elaboración, han sido el juguete preferido de las clases altas de países tan diversos como Francia o Japón. Estas verdaderas maravillas nacen del ingenio y la avezada mano de los relojeros y carpinteros. Construidos con innumerable cantidad de piezas estos muñecos mecánicos pueden hacer gestos, piruetas, escribir, dibujar y algunos que simulaban estar gateando eran para ser montados. Son verdaderas obras de arte en miniatura.

En 1515, con motivo de la visita a Milán de Francisco I de Francia, los Medici encargaron a Leonardo da Vinci un símbolo de unión entre franceses e italianos. El artista fabricó el león autómata, un primitivo robot que tras dar unos pasos abría su pecho y dejaba salir flores de lis.

La cera fue utilizada desde tiempos ancestrales para la fabricación de muñecas en Grecia e Italia. En general se hacían sobre papel mache y se reforzaban interiormente con yeso. Hacia el año 1.800 las familias Montanari y Pierotti eran las mayores productoras en Inglaterra. La muñeca Montanari, unas muñecas de cera con ojos de cristal las hacían en Inglaterra entre 1855 y 1860

A partir del año 1800, habrá una tendencia a abaratar la fabricación de los juguetes con el uso de materiales y técnicas apropiadas. Las niñas humildes seguirán teniendo muñecas de trapo las famosas Peponas, rellenas de estopa y las de madera, algunas finamente talladas y articuladas.

A mediados de los años cincuenta comenzaron a producirse en España y Alemania las muñecas de cartón, la más famosa de las cuales era “Marisela”. El cuerpo de cartón era sometido al baño de un líquido hecho de cola.

Por el siglo XIX comienzan a fabricarse muñecas con cara de porcelana, se hacían de caolín, una materia prima que tras pasar por los moldes y solidificar en los hornos a altísimas temperaturas, daba lugar al biscuit, un material relativamente resistente y duro, con el que se lograba una perfección tal de rasgos nunca hasta entonces conseguidos. Eran estas muñecas para la aristocracia. Estas muñecas llevaban ricos vestidos, zapatitos, tocados, sombreros. Se complementaba con mobiliario a la medida de la muñeca.

La Bleuette, una muñeca francesa, desde 1905 se entregaba con la suscripción a una revista infantil. Se le podían comprar ropa y muebles. Marilú, tenía la carita de porcelana, era más grande que otras, sus ojitos se cerraban al acostarla (las primeras fueron importadas). Era muy moderna para su época, con ojos expresivos y párpados que se entornan, con facciones delicadas. Sus brazos, piernas y cintura están articulados pudiendo colocarse en diferentes posturas. Se podía elegir entre adquirir una muñeca con pelo artificial o una con pelo natural. Y estaba la Marilú negra, una de las primeras fabricadas en Argentina. Era la reina de las muñecas: en el centro de Buenos Aires, sobre la calle Florida, habían montado una boutique, que se llamaba Marilú Bragance, donde se vendía todo lo que necesitaban las niñas para vestir a su muñeca. También se vendía todo lo que necesitara su hermanito Bubilay. Y podían llevar, además del ajuar de Marilú, vestidos para ellas idénticos a los de su muñeca.

Gracielita fue la muñeca de pasta y plástico fabricada entre 1953 y 1966. A la manera de Marilú, esta muñeca tenía su propio ajuar y mobiliario, como así también su propia tienda. Se fabricó de tres maneras diferentes según la época: enteramente de pasta (1953 – 1954), con cuerpo de pasta y cabeza de plástico rígido (1954 – 1955), enteramente de plástico rígido (desde 1955) y enteramente de plastisol (1963 – 1966)

La industria fue aportando nuevos materiales. La invención del celuloide, permitió muñecas mucho más económicas. La ductilidad del material aseguró la creación de los más variados modelos. A mediados del siglo XX el plástico irrumpe para dar una infinidad de variedades para la industria del juguete. Las muñecas son muy resistentes y se presentan en las más diversas formas y texturas. Los años 50 y 60 se caracterizan por una gran cantidad de modelos para que las niñas suspiren con ellos. En la Argentina fueron famosas las “Rayito de sol”, fabricadas entre 1955 y 1985 y la “Piel Rose”, fabricadas entre 1960 y 1980: Linda Miranda, una muñeca totalmente fabricada en nuestro país.

Hubo muñecas que hablaban, muñecas que caminaban, muñecas que toman la mamadera y se hacían pis, muñecas que hacían gestos. …muñecas para todos los gustos.

Gentileza: 

Beatriz Genchi

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plastica.
Puerto madryn – Chubut

beagenchi@hotmail.com

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