San Rafael, Mendoza lunes 29 de abril de 2024

Historia de playa – Por:.Beatriz Genchi

“Aunque iba a trabajar a la playa, mi mamá me mandaba peinadito y con los zapatos bien lustrados”, decía “El Chafa” hace algunos años.

En la década del ’50, siendo él, niño, hacía un largo viaje en tranvía para bajarse en Luro y la costa, frente a la Playa Popular de Mar del Plata, que en ese entonces le decían Playa de los Cirujas.

Los fotógrafos le pusieron el apodo que lo acompañó toda la vida con más vigor que su verdadero nombre: Paulino Dionisio Argañaraz.

“Había un jockey famoso, Ramón J. Ciafardini (Chafa), y los fotógrafos decían que yo era parecido. Empezaron a llamarme así y después me quedó Chafa”, contaba él con su voz bajita en su particular estilo: bajito y medio cortado. Después remataba la anécdota con un chiste y una sonrisa tenue: “Siempre impresioné con el físico”.

En la playa trabajaba como asistente de Casa Chiclana, la firma más importante de fotos de la rambla y así aportaba un sueldo a su hogar. Con un cajoncito debajo del brazo, “Chafa” caminaba incesantemente “la arena” y la rambla desde la Bristol hasta Punta Iglesia. Su misión era recoger los rollos que le entregaban los fotógrafos para llevarlos a revelar. El objetivo era que el turista recibiera rápidamente sus fotos.

Hasta la era digital, la fotografía turística fue en Mar del Plata una verdadera industria. “En las playas se sacaban cientos de rollos, miles de fotos por día. Había fotógrafos que venían de Buenos Aires a hacer la temporada”, recordaba “El Chafa”.

Sus recuerdos de los fotógrafos eran afectuosos. “Chafa, toma y come lo que quieras y ponelo en mi cuenta”, me decían. “Yo iba a los barcitos, pedía un sándwich, una gaseosa, y ellos después lo pagaban”.

“Cuando terminaba la temporada juntaban a todos los chicos que trabajábamos con ellos en la playa y nos llevaban a Los Gallegos. Nos compraban todo para ir al colegio: guardapolvos, pantalones, zapatos, útiles. En esa época era así”.

De esa experiencia en la playa, “Chafa” se llevó algo más que un apodo. La fotografía fue su oficio hasta 2018, año de su fallecimiento. Incursionó en todos los terrenos: plazas, playas, escuelas, registro civil y en 2009 recibió el “Lobo de Mar” por su desempeño como reportero gráfico en diario El Atlántico.

En los últimos tiempos solían verlo trabajando en el registro civil; siempre callado, de sonrisa suave, bien peinadito y con los zapatos lustrados.

Gentileza;

Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

beatrizgenchi@hotmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

 

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