No hay duda que el ente monetario está en un brete, por herencia y por méritos propios. Pero lo cierto es que día a día el taxímetro de los pasivos monetarios remunerados aumenta su peso específico. Hoy ya sería una lluvia de dinero de casi $2 billones a lo largo del año
Recién el 17 de noviembre de 2020 el BCRA subió la tasa de referencia 200 puntos al 38%, luego de haberse apresurado en bajarla en dos oportunidades a mediados de octubre (desde el 38% hasta el 36%) lo que repercutió en una minicorrida cambiaria. O sea, que transitó toda la pandemia en el 38% anual. Mientras los índices de precios alertaban.
Muchos analistas subestiman o mejor dicho menosprecian la existencia de semejante deuda remunerada. Algunos, simplificando la relevancia en el hecho de la siempre potencial licuación. Otros, apuestan al reinicio del ciclo virtuoso. Ahora bien, qué clase de optimista puede pensar en que habrá un resurgir abrupto de la demanda de crédito privado, e incluso de ser así, los bancos la acompañarán de forma tal que las Leliq y Pases (amén de la migración interna en el BCRA y la externa hacia el Tesoro) se transformen en nuevos créditos y préstamos para el sector privado. Veremos qué se firma con el FMI.
Fuente:https://www.ambito.com/economia/bcra/banco-central-cada-suba-la-tasa-implica-mas-emision-pesos-n5379417
Sé el primero en comentar en «Banco Central: cada suba de la tasa implica más emisión de pesos»