San Rafael, Mendoza 30 de noviembre de 2024

Anticuerpos monoclonales, junto con las vacunas, nueva estrategia para el tratamiento de la COVID-19

Para la compañía biofarmacéutica GSK, 2020 y 2021 han sido años en los que su principal objetivo a nivel mundial ha sido la búsqueda de soluciones para frenar la COVID-19, así como también estar preparados para posibles futuras pandemias.
Desde el inicio del coronavirus, GSK ha utilizado su experiencia científica y tecnológica para marcar la diferencia de la manera más rápida y segura posible. Actualmente, están trabajando junto a varios socios científicos y cuentan con uno de los portafolios más amplios de la industria farmacéutica, que abarca desde la prevención hasta el tratamiento, con tres vacunas adyuvadas y un medicamento de anticuerpos monoclonales neutralizantes aprobado y otro en ensayos clínicos.

Históricamente muy pocos virus han desaparecido por completo, y la mayoría de expertos coinciden en que es muy probable que debamos aprender a convivir con el SARS-CoV-2 a largo plazo. La COVID-19 podría convertirse en una enfermedad endémica, como ha ocurrido con la progresión natural de muchas otras infecciones.

BÚSQUEDA DE ALTERNATIVAS

Teniendo en cuenta que la inmunización no llegará, al menos de forma inmediata, al 100% de la población mundial, es importante que se sigan buscando alternativas y opciones que nos ayuden a prevenir y tratar este coronavirus. Los tratamientos desempeñan un papel clave para reducir sintomatología, salvar vidas y liberar capacidad en las unidades de cuidados intensivos. Son esenciales para controlar la enfermedad en curso, para pacientes que todavía no están inmunizados, para personas que no pueden vacunarse o para retrasar la progresión de la enfermedad en pacientes de alto riesgo. Además, no hay que olvidar que constantemente van surgiendo nuevas variantes del virus. Por otra parte, no todo el mundo tiene acceso a la vacuna.

Entre estos nuevos tratamientos para la COVID-19, destacan los anticuerpos monoclonales neutralizantes, que podrían ayudar a la población más vulnerable. Desde GSK se está estudiando este tipo de medicamentos para ser utilizados en una fase inicial de la enfermedad en la que hasta ahora no había soluciones terapéuticas. En ese espacio de tiempo, hay ciertos pacientes de riesgo que tienen más propensión a complicarse que otros: personas de edad avanzada, diabéticos, obesos, o pacientes con enfermedad renal crónica, cardiovascular, respiratoria o inmunosuprimidos. Se trata de adelantarse al virus y no esperar a que el paciente llegue al hospital.

FRENAR LA INFECCIÓN

Pero, ¿qué son y cómo funcionan estos anticuerpos monoclonales neutralizantes? Una de las formas en las que el sistema inmunitario hace frente a las sustancias extrañas es mediante la producción de anticuerpos. Estos anticuerpos circulan por todo el organismo hasta que se encuentran y se adhieren al antígeno. El sistema inmunitario produce anticuerpos para destruir los antígenos. La terapia con anticuerpos utiliza anticuerpos monoclonales que se producen o se clonan a partir de células inmunitarias en un laboratorio y derivadas de las células B de un huésped infectado. Al estar dirigidos frente a antígenos específicos, podrían ayudar a nuestro sistema inmunitario a acabar con enfermedades como la COVID-19 y sus distintas variantes.

A diferencia de las vacunas, estos potenciales tratamientos combaten directamente las infecciones sin esperar a que nuestro sistema inmunitario responda al virus. Están diseñados para evitar la infección de las células adhiriéndose a la proteína S del SARS-CoV-2 y neutralizando el virus. En otras palabras, su objetivo es bloquear la entrada del virus en las células sanas para que no pueda replicarse y eliminar las células infectadas.

GSK, en colaboración con la compañía Vir Biotechnology, está trabajando en la investigación de dos anticuerpos monoclonales que podrían utilizarse como tratamiento o como terapias preventivas para luchar frente a esta pandemia y futuros brotes. Hay países como Estados Unidos, Australia, Emiratos Árabes Unidos, Francia, Reino Unido o Italia, donde los anticuerpos monoclonales ya se están utilizando de forma importante y están incorporados en el protocolo estándar para los pacientes infectados y con riesgo de progresar en la enfermedad. Además, no es la primera vez que se desarrollan este tipo de fármacos, para otras enfermedades como el virus del ébola ya se han empleado anticuerpos monoclonales.

Rafael Cuervo, responsable médico de GSK en España de tratamientos para la COVID-19, destaca que aunque las vacunas sean efectivas, es difícil prever y estimar el tiempo que durará la cobertura vacunal y es previsible que se necesiten vacunas de recordatorio para complementar la inmunización. «La misión de estos tratamientos para la COVID es aportar una solución terapéutica a los pacientes infectados que haga que el virus no progrese y vaya a más. La protección concedida por las vacunas, junto con la relajación de las medidas de distanciamiento, más la aparición de nuevas variantes, resulta ser un cóctel que hace que la vacuna no nos permita recuperar esa ‘normalidad’ al 100% y, por lo tanto, necesitemos tratamientos de apoyo», comenta el responsable de la compañía.

Además de la investigación en los anticuerpos monoclonales, GSK está aplicando su experiencia en el campo de la inmunización para el desarrollo de vacunas adyuvadas basadas en proteínas. Y es que el uso de un adyuvante puede ser de particular importancia en una situación de pandemia, ya que puede reducir la cantidad de antígeno requerido por dosis, permitiendo que se produzcan más dosis de vacuna y, por lo tanto, contribuir así a proteger a más personas. Además, los adyuvantes han demostrado ser muy útiles para mejorar la respuesta inmune en poblaciones más vulnerables como los adultos más mayores. Actualmente, GSK está colaborando con Sanofi, la compañía surcoreana SK Bioscience y Medicago de Canadá. Todas ellas están actualmente en ensayos de fase III. También están investigando una nueva generación de vacunas de ARN mensajero para la COVID-19, colaborando con CureVac para desarrollar conjuntamente una vacuna candidata multivalente para uso endémico y pandémico, con el potencial de proteger frente a múltiples variantes emergentes mediante una sola vacuna.

Fuente:https://www.elmundo.es/uestudio/2022/01/10/61dc4f3dfc6c83d6548b4599.html

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