Si bien el plantel incorpora cuatro jugadores de alto nivel, el DT proyecta seguir con la base que se lució a fines de 2021; la intención de alimentar la competencia interna y los vínculos humanos
Alejado del calor extremo y el bullicio de Buenos Aires, Marcelo Gallardo piensa el River 2022 en la tranquilidad de la Patagonia argentina. Alojado en San Martín de los Andes hasta el próximo martes, el plantel millonario transita sus primeros días de pretemporada con 26 jugadores, un paisaje de película y una premisa: enfocar el trabajo en lo físico, comenzar a tomar contacto con la pelota y alimentar la gran armonía que se percibe en un grupo humano más que unido. Mientras tanto, el director técnico empieza a acomodar sus fichas y a potenciar la competencia interna, con las llegadas de Tomás Pochettino, Emanuel Mammana y Leandro González Pirez y el inminente arribo de Juan Fernando Quintero. Suma para crecer.
Pese a que los nombres del mercado de pases prometen, la primera idea que tiene el cuerpo técnico en cuanto a la formación es sostener lo que ya funciona. Los últimos meses de 2021 mostraron un equipo integral, sólido y contundente, de juego aceitado con un esquema táctico en el que los volantes son los principales protagonistas. En un primer boceto se sostiene la idea de jugar con el 4-2-3-1 o el 4-3-2-1, los dos dibujos que más usó River en el cierre del año. Los incorporados que llegaron y los que llegarán tendrán que esforzarse al máximo para conseguir un lugar y saben que, de acuerdo con el método de Gallardo, ninguno tiene ganado ni asegurado el puesto, por ningún motivo.
En la línea de fondo, Robert Rojas –sondeado desde Italia– hoy es el dueño del lateral derecho, con Alex Vigo como alternativa y la chance de Fabricio Bustos, protagonista de una extensa negociación que aún no tiene final. La zaga está compuesta por Paulo Díaz y David Martínez, que tienen por detrás la experiencia de Javier Pinola y Jonatan Maidana y al acecho las ganas de Mammana y González Pirez. En tanto, en el lateral izquierdo, Milton Casco es la única alternativa mientras Fabrizio Angileri resuelve su problema contractual. Ante esta situación, la comisión directiva no se queda quieta: está buscando un defensor por la banda, por pedido del entrenador.
En el mediocampo los cinco nombres parecen salir de memoria. Enzo Fernández y Enzo Pérez son los dueños del eje, con Bruno Zuculini como alternativa. Más adelante, Santiago Simón y Agustín Palavecino se sostienen tras un gran semestre de ambos y el DT aguarda por la adaptación física que está realizando Nicolás De La Cruz, ya recuperado de la trombosis venosa en el pie izquierdo. Como variantes para la zona ofensiva, Gallardo cuenta con Pochettino, José Paradela y Jorge Carrascal, y a partir de la semana entrante tendrá a Quintero.
La delantera es el punto más crucial. Hoy por hoy, Julián Álvarez es la gran referencia del ataque. Mientras su representante está en Europa, mantiene charlas con clubes que siguen al joven maravilla y sostiene que tiene propuestas de Napoli, Atalanta y Nice, en River confían en que el goleador continuará en 2022: aún no han recibido ofertas formales, creen que es muy difícil que una entidad pueda abonar los 20 millones de euros de su cláusula y mantienen, al menos en el discurso, una postura inflexible respecto a permitir la salida solamente por ese monto.
Por eso, en el esquema táctico que prevé un solo referente de área, para el cuerpo técnico es crucial la continuidad del cordobés. Salir al mercado por atacantes dependerá exclusivamente de su futuro. Sólo si aparece una buena oportunidad River irá por un delantero.
Al mismo tiempo, Braian Romero, Federico Girotti y Flabián Londoño son las tres variantes, en busca de su lugar, mientras Matías Suárez necesitará entre 30 y 45 días para poder entrenarse a la par de sus compañeros, tras la artroscopia de octubre por la sinovitis en la rodilla derecha. Por otro lado, Benjamín Rollheiser volverá a ser una carta por considerar únicamente en caso de que solucionara su conflicto contractual, tal como ocurre con Angileri. Hoy ambos se entrenan en soledad en el predio de Ezeiza y por ahora no serán tenidos en cuenta, por una decisión dirigencial avalada por Gallardo.
Así las cosas, para el entrenador la prioridad actual es reforzar los laterales y recuperar al 100% tanto a De La Cruz como a Suárez, pilares que perdió en el cierre del año pasado y que pueden ser vitales para el desarrollo del equipo. Con las salidas de Leonardo Ponzio, Germán Lux y Enrique Bologna, y el préstamo de Agustín Fontana a Defensa y Justicia, el DT no quiere más pérdidas y desea conservar a los integrantes del plantel para no padecer las complicaciones de 2021 entre lesiones, contagios masivos de Covid-19 y convocatorias a seleccionado.
Sostener el crecimiento futbolístico, fomentar la competencia interna, fortalecer los vínculos humanos y trabajar a fondo cuestiones físicas y tácticas son los fundamentos de la preparación de River, que se rearma para 2022. Gallardo lo sabe: necesita un poco más que lo que mostró el año pasado para pelear alto en todos los frentes. Y por eso quiere sumar jerarquía y retener la mayor parte de sus fichas.
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