Una placa en la esquina de 9 de julio y Coronel Olmedo, en barrio Alberdi, recuerda que allí funcionó la primera fábrica de pólvora de la República Argentina.

La elaboración de esa mezcla deflagrante constituía uno de los anhelos de la Primera Junta, y fue por iniciativa del deán Gregorio Funes que la fábrica se instaló en 1810/1811 en lo que hoy es barrio Alberdi.

El primer director del establecimiento fue el coronel José Arroyo, un protegido de Gregorio Funes, que había presionado personalmente para ubicarlo en ese cargo, según cuenta el historiador Efraín Bischoff en su libro “La primera fábrica de pólvora de Argentina”.

En etapa posterior Arroyo fue reemplazado por el médico británico Diego Paroissien. Con nuevas máquinas y más modernas técnicas operativas, permitieron mejorar la calidad de la pólvora que la fábrica producía,

Otro autor que se ocupó de la fábrica de pólvora ubicada a metros de la plaza Colón es Roberto Alfredo Villanueva, quien en su libro “Historia de la siderurgia argentina” relata que esa factoría cordobesa «llegó a producir unos 140 a 150 kg de pólvora por día» en 1813.

No obstante, según Villanueva la actividad era «rudimentaria», y fue probablemente ésta la causa de un voraz incendio que el 10 de abril de 1815 redujo a cenizas el lugar. Otros establecimientos similares funcionaron en las provincias de La Rioja, elaborando pólvora “que por su mala calidad sólo sirve para ejercicios”, y Santiago del Estero, cuya producción era igualmente deficiente en su rendimiento.

Más de 200 años después, en esa histórica esquina se levanta un inmueble antiguo, aunque posterior a la casona colonial, con techo a dos aguas que sirvió de sede para la fábrica. Esta última hoy solo puede apreciarse en archivos fotográficos.

La placa conmemorativa que recuerda a la primera fábrica de pólvora del país fue colocada en agosto de 1998, durante la intendencia de Rubén Américo Martí.

Gentileza

Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

Puerto Madryn – Chubut.