Si el proyecto pasa Diputados, el Gobierno necesitará el voto de los senadores Weretilneck (Río Negro) y Solari Quintana (Misiones), con quienes ya avanzó en las conversaciones
En medio de los fuertes cuestionamientos del kirchnerismo duro a la posibilidad de que el gobierno de Alberto Fernández cierre un acuerdo con el FMI, el bloque oficialista del Senado pondrá a prueba su alianza con los provinciales rionegrinos y misioneros para alcanzar la mayoría que perdió en las últimas elecciones y buscará sancionar antes de Navidad el presupuesto 2022. Eso siempre y cuando el proyecto supere el filtro de Diputados, donde tampoco tiene fácil el camino.
El presupuesto es la única iniciativa que ha recibido el visto bueno de Cristina Kirchner para su tratamiento hasta fin de mes, cuando vence la prórroga del período de sesiones ordinarias que decretó el Poder Ejecutivo.
Salvo una orden en contrario de la vicepresidenta en los próximos días, el resto de los temas pretendidos o impulsados por el Gobierno deberán esperar hasta el año próximo. En esa lista figuran proyectos de envergadura como el régimen de fomento de inversiones en hidrocarburos, cuestionado por las provincias, empresas y gremios del sector; y la reforma del Consejo de la Magistratura, enviado al Senado la semana pasada.
Esa fue la orden que recibió el jefe del bloque de senadores del Frente de Todos, José Mayans (Formosa), la cual transmitió al resto de los jefes de las bancadas políticas en la reunión de labor parlamentaria del martes pasado, en la que se diseñó el temario de la sesión del último jueves en la Cámara alta.
Los líderes opositores no se comprometieron a nada, ya que la estrategia con relación al presupuesto, dijeron, era una cuestión que tenían que discutir con el nuevo interbloque, una vez que tomaran posesión de sus bancas los senadores que juraron en la sesión preparatoria que se realizó dos días después.
Ese debate aún no se hizo, pero es un hecho que Juntos por el Cambio no prestará sus votos, los que el oficialismo tendrá que conseguir en el puñado de cuatro senadores que quedaron en medio de la grieta que divide casi en partes iguales a la Cámara alta, entre los 35 miembros del Frente de Todos y los 33 del conglomerado opositor.
Aliados claves
Si la oposición accederá a flexibilizar los plazos del trámite legislativo dependerá, precisamente, de que el oficialismo tenga garantizado el número para sancionar el presupuesto.
En ese sentido, en el despacho de Mayans se respira tranquilidad desde, por lo menos, la semana pasada.
En contactos que mantuvo con Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro) y Magdalena Solari Quintana (Frente Renovador de la Concordia de Misiones), el formoseño se llevó el compromiso de que ambos senadores ayudarán con el quorum y que votarán el presupuesto 2022.
Los dos legisladores ya dieron el jueves último una primer señal de que continuarán siendo aliados del Gobierno y el kirchnerismo, al levantar sus manos para ratificar los 48 decretos presidenciales que Cristina Kirchner seleccionó sobre un total de 116 que tenían dictamen de comisión.
Por las dudas, Alberto Fernández también colaboró a garantizar el voto de Weretilneck. El lunes de la semana pasada firmó con la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, el decreto de creación de la zona franca de Sierra Grande.
Un gesto similar podría recibir Carlos Rovira, líder del Frente Renovador de la Concordia, con la restitución de las zonas aduaneras especiales para Misiones que vetó del presupuesto de este año.
Esa medida y la bolilla negra al candidato de Rovira para el directorio de Yacyretá tensaron la relación con la provincia que gobierna Oscar Herrera Ahuad.
Por lo pronto, Cristina Kirchner ya se encargó de “mimar” a la misionera Solari Quintana con un “upgrade” de su despacho, cediéndole el que ocupó la kirchnerista santafesina María de los Ángeles Sacnun.
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