Esta semana los productores de diferentes puntos del departamento comenzaron a dejar sus alzas llenas de cuadros para extraer la miel en el edificio de Tulio Angrimán al 1.500.
La temporada de extracción 2021-2022 está en marcha. Para ello hubo que adaptar algunos equipos a fin de cumplir con todos los protocolos exigidos por Ganadería y Salud, logrando un producto de óptimas condiciones.
“Desde 2006 venimos trabajando con los apicultores en este proyecto, y vamos mejorando año a año. Todo lo que aquí se extracta es material de exportación”, expresó la responsable de la iniciativa, Iris Castro, quien además es titular de “Génesis”, incubadora de empresas del municipio.
PASÓ A PASÓ: ASÍ ES EL PROCESO DE EXTRACCIÓN DE MIEL
El proceso parece simple pero no lo es tanto. Los apicultores dejan sus alzas (algunas de ellas llegan incluso con abejas) y el personal de la sala las tara.
El primer paso es llegar al “desoperculador” para quitar el opérculo (la tapa que la abeja construye para cerrar la celda) de los paneles. Así se separa la cera de la miel.
Los marcos pasan a un “canasto” que permiten insertarlos en el extractor y – mediante un sistema de centrifugado – extracta la miel. El producto envía a una fosa y – utilizando una bomba – se pasa a los tambores especialmente adaptados, planigrafiados y con un código de barras para poder exportar.
Cada uno de los tambores tiene aproximadamente entre 330 y 333 kilos de miel, listos para salir de San Rafael al mercado externo. La planta tiene una capacidad de producción de 140 tambores diarios.
Año a año se atiende a más de un centenar de productores y el uso de la sala de extracción comunitaria permite achicar los costos y lograr mejores beneficios para los apicultores.
Los interesados en sumarse deben sacar turno y acercarse a las instalaciones en calle Tulio Angriman 1500, con la documentación correspondiente para demostrar la trazabilidad del producto.
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