La Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, habla en presencia de Jaime García Cantero, director de Retina, y Víctor Lapuente, catedrático de Ciencia Política.SANTI BURGOS
¿Se puede predecir el futuro o son las previsiones una forma de profecía autocumplida? ¿Cómo conjugar los distintos futuros que imaginamos? Preguntamos a expertos con visiones antagónicas de lo que está por venir
En 1975 la NASA encargó una serie de ilustraciones sobre colonias espaciales a Rick Guidance. La idea no era tanto imaginar un futuro realista, sino hacer soñar al electorado estadounidense con un futuro posible. Y solo sería posible si conseguían más financiación gubernamental.
El presidente estadounidense, Richard Nixon, había prometido recortar la inversión, dando carpetazo a la carrera espacial. Imaginar un futuro puede impactar en nuestro presente, o eso pensaron en la NASA. Al final, los dibujos de Guidance no cambiaron gran cosa. La agencia espacial vio reducido su presupuesto y no volvió a la Luna, mucho menos a construir colonias espaciales. Pero estas calaron en el imaginario colectivo. Las ilustraciones de Guidance son hoy iconos de la ciencia ficción. Sirvieron de inspiración para películas recientes como Interstellar, de Christopher Nolan. Seguimos soñando con un futuro que pudo ser, pero que nunca llegó.
¿Se puede predecir el futuro? ¿Es un ejercicio de adivinación o de preparación para posibles escenarios? Si el futuro llegó ayer, ¿qué nos espera mañana? Estas son las preguntas que se han planteado en el evento Retina SQL. Presentado por Jaime García Cantero, director de Retina, el acto contó con la más alta representación institucional, con Yolanda Díaz, Vicepresidenta y Ministra de Trabajo, Raquel Sánchez Jiménez, Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y Teresa Riesgo, Secretaria General de Innovación. El mundo empresarial también tuvo presencia. Primero por las empresas impulsoras del evento: Santander y Telefónica, y sus socios anuales: Accenture, Cepsa, PMI y Servicenow.
Juan Luis Arsuaga, catedrático de Paleontología de la UCM, conversa con Jaime García Cantero, director de Retina.SANTI BURGOS
Nos encontramos en una encrucijada, un punto de inflexión ante el que se abren multitud de futuros posibles. Y es necesario confrontarlos todos. “El futuro es ese algo mejor por conseguir. Ese es el objetivo que hoy tenemos, así que vamos a olvidarnos de determinismos tecnológicos y de distopías”, arrancó García Cantero. Con esta máxima en mente empezó a dar paso a un plantel de expertos en distintos campos para confrontar ideas. Se debatió sobre escenarios futuros pero la finalidad era entender dilemas presentes. ¿Cuál es el futuro de la cultura y del arte? ¿Qué importancia tiene la ciudadanía en unas urbes cada vez más saturadas e impersonales? Retina ha reunido a pensadores de todas las disciplinas para debatir, desde puntos de vista antagónicos o simplemente divergentes, sobre los futuros que nos esperan en estos tres campos.
Ciudadanía y bien común
¿Cómo será la ciudad del futuro? No se sabe a ciencia cierta, pero lo que es seguro es que casi todo el mundo estará en ella. El 88% de los españoles viviremos en grandes urbes dentro de 30 años. Es lo que asegura el Plan España 2050, que sirvió de hilo conductor de este primer panel. Raquel Sánchez, ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, empezó desgranando los retos que esto puede suponer. Y poniendo estas cifras en contexto, pues la situación actual ya tiende a la concentración urbana. “En España, el 20% del territorio concentra al 80% de la población. Es un reto demográfico, porque frente a esa España densamente poblada nos encontramos con territorios y provincias que se están enfrentando a su extinción”, señaló la ministra. Para un reto de futuro, a veces, se tienen que recuperar fórmulas del pasado. “Hay que volver a recuperar el modelo de las ciudades mediterráneas, compactas, densas, con equipamientos bien pensados”, reivindicó. “Es un modelo que se rompió por la liberalización del suelo, por la burbuja inmobiliaria. Y empezó a producir barrios muy diferentes: unos con densidades más bajas, en las que había dependencia muy importante del vehículo privado. Y por otro lado, en entornos urbanos, la degradación de barrios que concentraban a colectivos más desfavorecidos”. La creación de ciudades más homogéneas en lo urbano, defendió la ministra, podría tener como resultado que fueran menos desiguales en lo social.
España se enfrenta a retos concretos, pero su situación se enmarca dentro de una problemática global. Buena cuenta de ello dio el arquitecto chileno Alejandro Aravena, premio Pritzker de arquitectura en 2016 y elegido por The New York Times como uno de los 26 genios creativos de ese mismo año. Aravena defendió el concepto de “urbanismo poroso”, un modelo en el que la labor del urbanista es sentar las bases sobre las que la ciudadanía debe construir la ciudad. “Hay que crear sistemas abiertos que permitan canalizar la presencia de las personas. Entender el urbanismo no como algo que se entrega terminado. Cuando uno finaliza el proceso de diseño es cuando empieza el proceso de colonización por parte de las personas”.
La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, es recibida por el vicepresidente del Grupo Prisa, Rosauro Varo, y Eugenia de la Torriente, directora adjunta de EL PAÍS.SANTI BURGOS
El politólogo Víctor Lapuente es autor de Decálogo del buen ciudadano, un libro que igual dentro de 30 años no tiene sentido. “Habría que reescribirlo”, concedió Lapuente. “Si en los años setenta se hubiera convocado un evento como este, los expertos hubieran llegado a la conclusión de que las peores pesadillas de la humanidad, en contaminación, en violencia, etcétera, se cumplirían en las grandes ciudades de nuestra época. Y no ha sido así”. Las ideas se regeneran, señaló, y es muy difícil predecir hacia dónde vamos. Lapuente no cree que el principal problema del urbanismo futuro sea la ciudad en sí, sino la relación de esta con el entorno rural. “La brecha entre las ciudades cada vez más ricas y el resto del país, las regiones que no importan, es lo que está detrás de la mayoría de los movimientos populistas del mundo”. Lapuente reivindicó también la perspectiva de género aplicada al urbanismo, señalándola como “la gran olvidada en la ciudad”. El politólogo desarrolló la idea que ya enunció en una reciente columna, relacionando la forma en la que los países tratan a las mujeres con su prosperidad.
Identidad
¿Qué función tendrá la identidad en un futuro tan líquido y heterogéneo como el que se nos viene encima? ¿Cómo ha cambiado nuestra relación con las pantallas la idea que tenemos de nosotros mismos? La identidad es un concepto difuso que puede aplicarse a distintos aspectos de nuestra vida. Se puede referir al género, a la política, los ideales o las aficiones que nos definen. A algo tan subjetivo como quiénes somos o quiénes queremos ser. Cómo nos contamos a los demás y a nosotros mismos. Elizabeth Duval es escritora, filósofa y activista. Afrontó la identidad entroncándola con el discurso de su último libro, Después de lo trans. Joan Tardá, histórico político de Esquerra Republicana, arrancó reivindicando que conceptos como identidad y soberanía se deberían siempre conjugar en plural.
“En la construcción de la identidad de género puede influir internet o cosas tan básicas como los videojuegos”, arrancó Duval. “En Los Sims, el hecho de que tengas un editor de personajes, que te permite elegir cómo es tu cara, tu cuerpo, cómo es tu existencia… Eso creo que es interesante. Ve, no solo cómo conforma tu identidad, sino la imagen propia que tienes de esa identidad”. Partiendo de esta premisa, la filósofa proyectó estos elementos para llegar a conclusiones inquietantes. Los filtros de Instagram y otras redes sociales, la imagen modificada que dan de nosotros las pantallas, puede acabar influyendo en la que queremos proyectar en el mundo real. “Hasta el punto de que hay mujeres que van a un cirujano pidiendo parecerse más a la imagen que da de ellas mismas un determinado filtro”.
Virginia Eubanks, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Albany, durante su conferencia en Retina SQL.SANTI BURGOS
También analizó la polémica del último vídeoclip de C. Tangana, en el que participa. El vídeo ha soliviantado a parte de la jerarquía eclesiástica, al incluir escenas de baile dentro de la catedral de Toledo, generando un debate en el que la cuestión identitaria y las redes sociales están muy presentes. “He de decir que no se han ofendido todos los católicos. Ha habido un cisma, a lo mejor de un vídeo de C. Tangana surge una nueva reforma y contrarreforma”, ironizó.
Joan Tardá, miembro del Consejo Nacional de Esquerra Republicana de Cataluña, señaló el binarismo de la cuestión identitaria. “Creo que la identidad, las identidades, se heredan. Pero a la vez las identidades se construyen y de esta construcción se genera un combate por la legitimación de las identidades. Y esto es un motor de la historia, cómo uno es capaz de encajar la herencia recibida”. Tardá entiende que en las sociedades posmodernas, más líquidas que las anteriores, cabe un mayor respeto de distintas identidades. “La religión se independizó del Estado, o este de la religión. La identidad nacional se puede independizar del Estado, aunque no sé si conviene. Si deben existir idiomas oficiales o no, si el concepto de nacionalidad hoy día tiene sentido”. En cualquier caso Tardá cree que las identidades pueden ser un catalizador del progreso, “y aquello que fue visto como un peligro puede convertirse en un factor de progreso”.
Cultura
“El buen arte es aquel que transforma la manera en la que vemos el mundo”, arranca la artista Alexandra Daisy Ginsberg, en su vídeo introductorio del tercer y último bloque. Su discurso sirvió de guía para la conversación entre Niño de Elche, músico, y Ángeles González-Sinde guionista y presidenta del Patronato del Museo Centro de Arte Reina Sofía. El presentador inició destacando la condición de “ex” de ambos. En el primer caso ex flamenco (Niño de Elche ha mutado hacia una música más experimental en sus últimos trabajos) y en el segundo, ex ministra de cultura.
Ángeles González-Sinde, guionista y Presidenta del Patronato del Museo Centro de Arte Reina Sofia, conversa con el músico Niño de Elche.SANTI BURGOS
“Un asunto importante es la distinción entre cultura y entretenimiento”, arrancó González-Sinde. “Creo que la pandemia nos ha lanzado a una absorción de cultura a través de las pantallas y eso ha dejado unos vencedores y unos vencidos. Hemos sustituido a las grandes multinacionales de la cultura por las grandes multinacionales de la tecnología”. El entretenimiento parte del uso del dato y el dinero para crear contenido mientras que la cultura, defiende la exministra, nace de la intimidad del artista. “Por eso necesita un amparo económico, de recursos, pero también de la sociedad, que está decida a amparar su creación”.
Niño de Elche podría encuadrarse en ese tipo de artista más libre, pero también tiene grandes éxitos a sus espaldas. En su trabajo se combina el éxito (las colaboraciones con el ya mencionado C. Tangana) con lo más experimental, como su instalación en el Museo Reina Sofía. El artista funde en su trabajo la baja y la alta cultura, sello distintivo de la escena contemporánea. “Las líneas divisorias no las tenemos claras”, reconoció el artista, “y creo que difuminar estas líneas es algo positivo, aunque se creen grietas”. Crear nuevas realidades, proponer nuevas cosas y provocar. Estas son algunas de las ideas que se entrevén en el trabajo de Niño de Elche, aunque él no cree que este compromiso sea algo exclusivo del mundo artístico. Defiende que en el futuro la conciencia crítica debería ser transversal a todas las profesiones. “Es una forma de mirar el mundo en el que vives”, señala. ”Y aquél en el que vivirás”.
Fuente:https://elpais.com/tecnologia/2021-10-21/retina-sql-dialogos-improbables-un-debate-sobre-los-posibles-futuros-de-la-humanidad.html
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