El excelentísimo poeta español Antonio Machado escribió una obra dedicada a las Encinas, describiendo a su vez una gran variedad de especies de árboles de la zona. Su pluma es tan precisa que cuando leemos sus versos podemos imaginarnos recorriendo los prados y valles. En el hábitat de un departamento, lejos de las montañas cuyanas, la vegetación frondosa solo se ve por la ventana. Sin embargo, entre los espacios repletos de humanidad, madera y concreto, destaca un pequeño y poderoso ser. Tan serena como el paso del tiempo, medita entre mis idas y venidas. No habla, pero me escucha. No opina, pero me entiende. Si el lugar que ocupa estuviera vacío, hoy seguramente no habría poesía.
¿Cómo he de cantarte a ti?
¿Cuál es la palabra justa
si en el momento que te vi
surgió alegría vetusta?
San Savieira tu naciste,
pero fuiste bautizada
con el nombre que trajiste
del fondo de mi mirada.
Juanita del arco verde
por tus hojas esmeralda,
cuyo color no se pierde
en lo alto de la giralda.
Para llegar a mi hogar
una gran sacerdotisa
lunar te supo cargar
con suavidad de brisa.
Son gran fuerza tus espadas
que destellan en la tarde.
Pequeña guardiana armada,
de tu belleza hago alarde.
Nadie te tome por loca
ni ose decir salvajadas.
Tu lecho es de blanca roca.
Tu presencia, inigualada.
Me cuidas y me resguardas,
confidente de mis penas.
Corta con tus alabardas
cualquiera de mis cadenas.
Báñate de sol dorado
mientras huyen estos días.
Ahuyenta el mal pasado
Para que solo ame y ría.
Gentileza:
Lic. Lucio Ravagnani Navarrete
EMAIL: ravagnani.lucio@gmail.com
INSTA: /tabacoytinta
Sé el primero en comentar en «Juanita de los arcos verdes – Por:.Lic. Lucio Ravagnani Navarrete»