San Rafael, Mendoza viernes 26 de abril de 2024

Cómo se forman las tormentas convectivas y qué medidas de prevención tomar

Son fenómenos meteorológicos de muy alta potencia, en donde las masas de aire caliente y húmedo de las cotas inferiores ascienden rápidamente en un movimiento vertical de hasta 400 kilómetros por hora. La labor permanente de Hidráulica es fundamental para que los cauces estén operativos cuando ocurren este tipo de tormentas.

La Dirección de Hidráulica trabaja a diario y durante todo el año para que los cauces y colectores de la provincia estén en óptimas condiciones cuando se inicia el período de alerta aluvional que está vigente de noviembre a marzo. Pero hay fenómenos meteorológicos que generan inconvenientes y provocan graves daños a la población. Uno de ellos son las tormentas convectivas, que suelen estar acompañadas de granizo.

La principal medida que se debe tomar cuando se pronostica la ocurrencia de este tipo de tormentas es la de resguardarse y proteger los bienes. Ahora bien, ¿cómo se forman las tormentas convectivas? ¿Qué condiciones deben darse?

El Gran Mendoza se encuentra en el pie del sector terminal de la precordillera andina, con una superficie aproximada de 700 km2, incluyendo en esta área tanto al piedemonte como a los sectores urbanizados y ocupados por la ciudad.

La topografía del sector es muy variada, pasando de las altas pendientes en la zona de la precordillera, de relieve montañosos, cuyas altas cumbres que oscilan entre 3.000 y 2.500 m sobre el nivel del mar, descienden bruscamente hasta 1.500 m en pocos kilómetros en una vasta red hidrográfica de quebradas y pequeños valles terciarios hasta desembocar en el propio piedemonte.

En este sector, las pendientes muy fuertes de las laderas se transforman en fuertes (del 3% a 7%) recorriendo distancias que oscilan entre 10 y 15 km en promedio, donde la hidrografía ha ido definiéndose en cauces principales y cauces de menor magnitud.

Esos cauces se encuentran generalmente secos, salvo cuando se producen las tormentas y lluvias en la época húmeda.

El piedemonte se desarrolla entre 1.500 m y 850 m aproximadamente sobre el nivel del mar. Esta es el área que recibe las precipitaciones y da origen a los escurrimientos torrenciales que afectan al Gran Mendoza.

Las características de aridez de la zona contribuyen al desarrollo de la escasa vegetación arbustiva basada en un suelo edafológicamente muy pobre, donde las características de gran permeabilidad, escasa cohesión y elevada pendiente le confieren una baja resistencia a la erosión, basada solamente en la vegetación arbustiva y xerófila natural.

Las precipitaciones en Mendoza

El clima del Gran Mendoza se caracteriza por presentar dos situaciones claramente definidas, correspondiente a una época seca y otra un poco más húmeda.

Las precipitaciones totales se incluyen en la isoyeta de 200 mm anuales. La temporada seca coincide con la primera parte del otoño, el invierno y la primera etapa de la primavera (mediados de abril a mediados de octubre).

Durante este período se produce la menor cantidad de precipitaciones, consistente en lluvias y lloviznas, de larga duración en el tiempo, pero de escasa intensidad, variando desde trazas a escasos milímetros.

En tanto, la temporada húmeda abarca el segundo período de la primavera, el verano y las primeras semanas del otoño. Durante esta época se registra entre el 95% y el 98% de las precipitaciones anuales totales.

Los fenómenos son de precipitaciones intensas en un muy corto período de tiempo, el cual oscila entre los 20 a los 90 minutos con intensidades muy altas, en que se han registrado hasta un máximo de cinco mm por minuto (tormenta del 4 de enero de 1970).

El granizo y sus consecuencias en las zonas productivas

Las superficies cubiertas por los núcleos, en principio, no alcanzan a cubrir más de 30 km2. Cuando las celdas se agrupan formando una supercelda, toman superficies mucho mayores y los desarrollos en altura (más de 12.000 m) alcanzan altitudes más peligrosas, favoreciendo la precipitación en forma de granizo y piedras de hielo de mayor tamaño.

Estos fenómenos se deben a episodios convectivos de muy alta potencia, en donde las masas de aire caliente y húmedo de las cotas inferiores, ascienden rápidamente en un movimiento vertical de hasta 400 km por hora.

La formación de estos núcleos de tormenta tarda poco más de 180 minutos en desarrollarse y madurar para convertirse en precipitación.

En ciertos casos, cuando el ascenso es muy pronunciado, la precipitación viene acompañada de granizo, cuyo tamaño dependerá de la fuerza de sustentación que le ofrece el viento ascendente para mantenerse en movimiento en las capas superiores y más frías de la nubosidad.

En ese lugar, la aglutinación de los granos puede formar unidades más grandes, las cuales, cuando vencen con su peso el empuje de las corrientes ascendentes del aire, precipitan en la clásica forma de “manga” de granizo, acompañada de la precipitación en forma de agua.

Estas tormentas están integradas por descargas eléctricas a través de rayos y de ráfagas muy potentes de viento, producto de la precipitación. Las principales características climáticas anteriores deben combinarse con la mención de una serie importante de eventos naturales que también suelen causar problemas sobre las áreas que afecta.

Las heladas y el granizo afectan los cultivos en distintas épocas de producción; el granizo afecta a veces, de acuerdo a la intensidad y tamaño de la precipitación, también a la población con diversos daños a las propiedades y los automóviles.

En muchas oportunidades, los sistemas de riego y desagüe son el destino de los residuos sólidos urbanos y desperdicios, que son arrastrados por el agua hacia las zonas más bajas sufriendo muchas personas las consecuencias de la desidia o la falta de consideración y cuidado de muchos miles.

 

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Sé el primero en comentar en «Cómo se forman las tormentas convectivas y qué medidas de prevención tomar»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*