Mauro Alfieri
Le costó mucho derrotar a Arsenal, último en la tabla, y recién lo consiguió cerca del final y con un gol en contra
La película se repite una y otra vez y River siempre tiene el mismo papel protagónico. Es el equipo que busca, propone e insiste hasta el cansancio con desbordes, juego interno y externo, pases filtrados, paredes y remates de media y larga distancia, pero al que nada le parece funcionar. Su rival, en cambio, cuenta con un rol secundario que lo incomoda.
Se dedica a esperar, ubica a sus 11 futbolistas en campo propio, tapa los espacios, se aferra al cero en su arco y espera por un contragolpe o una pelota detenida para lastimar. Anoche en el Monumental el actor de turno fue Arsenal, el último del torneo. Y el equipo de Marcelo Gallardo recién logró torcer a 16 minutos del final, con un gol en contra, el desenlace de un filme que parecía destinado a un insulso 0-0. Ganó y respiró.
Sé el primero en comentar en «River hizo un culto de la paciencia, se afirma como protagonista, pero sabe que su nivel todavía continúa en deuda»