San Rafael, Mendoza miércoles 26 de junio de 2024

Partos difíciles – Por:.Beatriz Genchi

Las reinas han sido tratadas a lo largo de la historia como poco más que máquinas reproductoras. Normalmente eran casadas por motivos de estado por sus padres u otros familiares y su única función era parir herederos

En la historia de las reinas españolas, encontramos hechos escalofriantes y un número increíble de errores médicos, sangrías, abortos y nacidos con malformaciones debidas tanto a la consanguinidad como a los partos mal llevados.

Los partos eran atendidos por comadronas para no ofender el pudor, pero autoridades masculinas se quedaban mirando para ser testigos del nacimiento. Los médicos solían actuar antes y después del parto recetando frecuentemente sangrías que unido a la falta de higiene general, solían acabar con la vida de la reina

Se sabe que Isabel la Católica, tenía terror al parto por dejarse llevar por malos partos de sus antecesoras y que al final no le quedó otra cosa que vencer ese prejuicio por lo que fue la primera miembro de la realeza en utilizar anestesia en el parto.

A la monarca que reinó durante mucho tiempo y madre de nueve hijos se le dio cloroformo para aliviar el dolor en los partos de su octavo y noveno hijo, el príncipe Leopoldo (nacido en 1853) y la princesa Beatriz (nacida en 1857). En sus partos, se hacía cubrir la cara con un paño para que nadie viese sus muecas y gestos de dolor mientras paría. John Snow, el médico que administró el medicamento, es mejor conocido como uno de los padres fundadores de la epidemiología, después de que rastreó un brote mortal de cólera en una bomba de agua en Soho

Con María Manuela de Portugal, primera esposa de Felipe II, los médicos se ensañaron haciéndole sangrías y purgándola, de manera que cuando llegó el parto estaba tan débil que falleció a los pocos días por una infección que no pudo superar.

Uno de los peores partos de la historia de las reinas de España es el de la pobre Isabel de Braganza. Pasó todo el embarazo muy débil y al empezar los trabajos del parto sufrió un colapso y perdió el conocimiento. Los médicos la dieron por muerta y decidieron practicarle una cesárea para salvar al niño. La reina despertó a poco de iniciada la salvaje operación aullando de dolor. Murió a resultas de la intervención “a lo vivo” y desgraciadamente el bebé también.

En todas las cortes europeas el panorama era similar. Curiosamente para la poca higiene que había en Versalles, la cama donde venían al mundo los futuros reyes y príncipes, llamada “lit de travail”, se guardaba en un almacén y se cubría con una funda para que no tuviera polvo. Era una cama que tenía entre otras cosas un apoya pies y unos pasadores para que la reina se tomara y pudiera hacer fuerza. Constaba de dos colchones separados por una plancha de madera para que el lugar en el que reposaba el trasero no quedase en un hueco.

Para ver el alumbramiento real, solía reunirse tanta gente que, en el caso de María Antonieta, el rey hizo poner un cordón alrededor de la cama, vigilado por dos guardias, para que la gente no se abalanzase sobre la parturienta. Esto fue desde el siglo XIV que las reinas debían parir ante numerosos testigos que certificasen que el recién nacido había salido del vientre de la reina y por tanto por sus venas corría sangre real. La tradición continuó hasta el siglo XX. El último nacimiento de la realeza en ser atestiguado por un ministro del gobierno fue el de la prima de la reina Isabel II, la princesa Alexandra en 1936, y la práctica solo fue detenida oficialmente poco antes del nacimiento del príncipe Carlos en 1948.

El ritual posterior era totalmente absurdo; en primer lugar no se dejaba que la reina se durmiera en varias horas y en segundo, debía permanecer encerrada, sin salir de la habitación en la que había parido, durante 9 días. Además, no se permitían las visitas de nadie perfumado ya que esto podía perjudicar tanto a la madre como al niño.

Generalmente el Rey se desentendía de estos temas. La reina Isabel II no tuvo a su esposo allí para apoyarla; mientras daba a luz al príncipe Carlos, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, estaba ocupado jugando squash.

El príncipe Guillermo fue el primer heredero al trono en nacer en un hospital y fue en la Sala Lindo del Hospital St. Mary en Paddington el 21 de junio de 1982. Su hermano nació en el mismo hospital dos años después. Aunque eso nos podría parecer lo normal, de hecho fue algo que rompió con la tradición; hasta ese entonces, todos los herederos al trono habían nacido en su hogar (o al menos en alguna de las casas de la familia real) con el riesgo que eso implica.

Gentileza: 
Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com
Museóloga – Gestora Cultural – Artista Plástica.

Puerto Madryn – Chubut.

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