Algunos de ellos esperan, pegados a su celular, que el ansiado y prometido destino se concrete. Otros mascullan bronca, inmersos en su bajo perfil o encontraron ocupaciones alternativas, a la espera de una revancha.

Los “desterrados” del gabinete nacional tienen algo en común: luego de salir del poder, no han criticado al presidente Alberto Fernández ni a su gestión de gobierno.

Haya sido por el éxito en la política de “seducción” de los discretos colaboradores presidenciales, o la certeza de que no hay destino posible fuera del Frente de Todos, lo cierto es que los marginados mantienen su lealtad al proyecto, pero esperan “resultados” y algún tipo de (tardía) reivindicación a sus figuras.

Además de un destino diplomático prometido, la exministra de Justicia Marcela Losardo y el expresidente de YPF Guillermo Nielsen tienen una “terminal” en común: la comisión de Acuerdos del Senado que preside la hipercristinista mendocina Anabel Fernández Sagasti. “Está todo parado, congelado”, define un miembro opositor cuando LA NACION consulta por los pliegos de ambos: el de Losardo, como futura embajadora en la Unesco; y el de Nielsen, como virtual embajador en Arabia Saudita. “Van a ser parte de una negociación política”, define una espada parlamentaria oficialista.

Desde aquel 8 de marzo en el que compartió el acto por el Día de la Mujer en Casa Rosada y luego dejó el Ministerio de Justicia, Losardo se mantuvo a la expectativa. Aceleró sus clases de francés y volvió al estudio de abogados que, durante años, compartió con el Presidente. Le costó, comenta un irónico funcionario, la readaptación a un llano siempre escaso de privilegios. Sus charlas con Alberto Fernández y su secretario general, Julio Vitobello, siguen siendo periódicas, según fuentes oficiales, aunque su nombramiento en París –enviado al Senado el 20 de abril– sigue frenado por Fernández Sagasti, una espada leal a la vicepresidenta, quien influyó (¿o forzó?) la salida de Losardo y su reemplazo por Martín Soria.

Reacia a los flashes y las requisitorias de los “medios hegemónicos”, María Eugenia Bielsa “desapareció” virtualmente de la escena pública luego de su salida del Ministerio de Hábitat y su reemplazo por el (también) cristinista Jorge Ferraresi. Mientras destacados hombres de empresa elogian en público y en voz baja al nuevo ministro por su “ejecutividad” (una forma sutil de criticar a su antecesora), Bielsa buscó refugio en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario, donde es docente. El lunes 7 reapareció en un homenaje póstumo de la radio de esa facultad a un antiguo colaborador suyo, el periodista Juan E. Basso. “Juane era una persona tan fuerte que buscaba consensos sin resignar valores. Confieso que a mí eso me costaba mucho”, dijo la exministra durante el homenaje radial.

Si Bielsa, a juicio de dirigentes peronistas de Santa Fe, parece “retirada”, el que está activo y con planes es Ginés González García, que dejó con estrépito el Ministerio de Salud luego del escándalo del vacunatorio vip. En las últimas semanas, González García volvió a los medios para defender el proceso de vacunación y del enojo por su desprolija salida pasó a la reconciliación privada con el Presidente, previas charlas con Vitobello y el jefe de gabinete, Santiago Cafiero.

Dedicado a I-Salud, la facultad que fundó hace treinta años, Ginés frecuenta su “viejo-nuevo” despacho, que sugestivamente está a 200 metros del que debió dejar a su reemplazante, Carla Vizzotti, con quien no quedó en buenos términos. “Está muy bien, no está dolido, apoya en todo sentido y su preocupación es que vengan las vacunas”, cuentan a su lado. Charlas virtuales y un inminente viaje a España están en su agenda inmediata.

Lejos de los cargos pero con pertenencia ratificada al Frente de Todos, el extitular de Anses Alejandro Vanoli analiza cada miércoles los mercados financieros y recomienda inversiones desde su cuenta de Instagram. Titular de la consultora Synthesis Argentina, Vanoli comparte esas charlas virtuales con referentes del progresismo como el sociólogo Atilio Borón, la asesora presidencial Dora Barrancos o el humorista Miguel Rep, un año después de su también tumultuosa salida de Anses, motivada por el impacto de las largas filas a las que se vieron sometidos los jubilados que buscaban cobrar sus haberes en los primeros meses de la pandemia. Vanoli fue reemplazado por Fernanda Raverta, la dirigente camporista que suena para encabezar las listas de diputados nacionales bonaerenses en las próximas elecciones.

Varios de los “desterrados” esperan tener, cuanto menos, algo de la fortuna de Adriana Puiggrós, que luego de su renuncia como viceministra de Educación fue designada como parte del Consejo de Asesores del Presidente, presidido por Juan Manuel Olmos y con actividad intermitente.