San Rafael, Mendoza lunes 29 de abril de 2024

Guillermo el suizo – Por:.Beatriz Genchi

Guillermo Tell es un símbolo de la nación Suiza. Su personaje histórico no está suficientemente probado, pero de lo que no cabe duda es de su enorme popularidad entre los habitantes de aquel país europeo. De una leyenda que se contaba de padres a hijos, se pasó durante el siglo XIX, en pleno auge del nacionalismo, a una figura literaria de carácter universal.

Parece seguro que durante el siglo XIII, existió en Suiza un hombre llamado Guillermo Tell, perteneciente a una de las familias más importantes de la zona. De lo que no hay constancia es de su fecha de nacimiento o muerte, lo que sí es seguro es que estuvo relacionado con los movimientos de independencia que vivió Suiza en aquel siglo.

La leyenda que se ha conservado cuenta que estando Guillermo con su pequeño hijo en el pequeño pueblo de Altdorf, se presentó por allí un funcionario del emperador, autoridad que ya no era reconocida por los habitantes de la zona. Como un funcionario, se había presentado con una fuerte escolta armada, los lugareños se vieron obligados a claudicar y mostrar obediencia. La ceremonia consistía en saludar el sombrero del funcionario, situado en la plaza central, demostrando así la sumisión al poder del mismo.

Todo iba con normalidad hasta que pasó por allí Guillermo con su hijo. Según las leyendas, Tell era un habitante de Bürglen (pueblo del cantón suizo de Uri), ballestero, famoso por su puntería. Ignorando desafiante la presencia del sombrero, fue apresado por los soldados. Ante tal muestra de rebeldía a su legítimo señor, el gobernador de Altdorf, Hermann Gessler, presentado como un individuo colérico y sanguinario, lo detuvo. Habiendo llegado a sus oídos noticia de su fama como ballestero, le obligó a disparar su ballesta contra una manzana verde colocada sobre la cabeza de su propio hijo, el cual se hallaba a 100 pasos de distancia. Si acertaba, sería librado de cualquier cargo. Si no lo hacía, sería condenado a muerte.

Intentó en vano que Gessler cambiara su castigo, entonces introdujo dos flechas en su ballesta, apuntó y gracias a su habilidad como ballestero consiguió acertar en la manzana sin herir a su hijo. Cuando el gobernador le preguntó la razón de la segunda flecha, Guillermo Tell le contestó que estaba dirigida al corazón del malvado gobernador en caso de que la primera hubiera herido a su hijo.

Enfurecido por la respuesta, volvió a detenerlo y mandó que lo encarcelaran en el castillo de Küssnacht. En el camino al castillo, a través del lago de los Cuatro Cantones, estalló durante la travesía una tormenta que a punto estuvo de echar a pique la nave. Tell, desatado por los guardianes para que pudiera llevarlos a tierra, se hizo con el control del barco y logró llevarlo a la orilla, salvando así su vida y la de los demás ocupantes de la barca, entre los que se encontraba el propio Gessler.

Apenas desembarcado, Guillermo huyó, tendiendo poco después una emboscada al gobernador y matándolo con su segunda flecha. Este hecho marcaría el comienzo de la sublevación de los cantones suizos de Uri, Schwyz y Unterwalden contra los Habsburgo, convirtiéndose en un mito fundamental en la lucha de Suiza por su independencia. Mito que fue rescatado del olvido hacia 1470 donde aparecen las primeras menciones en textos escritos suizos y se conoce la existencia de un drama en verso, en alemán, llamado Wilhem Tell, que fue difundido en 1545 por Jacob Ruof (1500-1558). Sin embargo, la versión clásica del mito apareció en el Chronicon Helvetium de Egidio Tschudi, casi 200 años después de la época en que se supone que ocurrieron los hechos relatados. En esta crónica se datan los hechos protagonizados por Guillermo Tell en noviembre de 1307, y la de 1308 como la de la definitiva liberación de Suiza. Hay abundantes leyendas que, con otros personajes y en otros parajes, relatan una proeza arquera parecida.

Quizá por ello, en el siglo XVIII surgió una corriente historiográfica que puso en duda la existencia histórica del héroe por la falta de fuentes históricas contemporáneas y la innegable raíz folclórica de algunos elementos que adornan la leyenda. En cualquier caso, el mito se encuadra perfectamente en el movimiento de la resistencia nacido entre los campesinos del cantón de Uri a partir de 1278.

Gentileza:
Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

Puerto Madryn – Chubut.

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