San Rafael, Mendoza martes 23 de abril de 2024

Mujeres de la Patagonia Rebelde – Por:.Beatriz Genchi

La historia oficial y las obras historiográficas alternativas no alcanzan para completar el cuadro de lo sucedido hace 100 años. Múltiples capas de silencio ocultan el rol y el destino de las mujeres durante la masacre de peones en Santa Cruz.

¿No hubo mujeres en la Patagonia Rebelde? Salvo el episodio más conocido que fue llevado a cabo por las 5 meretrices del prostíbulo “La Catalana”, que se negaron a atender a los soldados, gritándoles «asesinos». Poco y nada sabemos de su participación en el proceso que, durante este año cumple el centenario.

Si analizamos la demografía del territorio nacional de Santa Cruz hacia comienzos de la década de 1920, observamos que la misma estaba compuesta principalmente por hombres, de origen europeo y de edades entre los 20 y 40 años de edad. Es verdad que los empleadores que regentearon las estancias santacruceñas se preocuparon por evitar que se poblaran sus propiedades, de familias de forma permanente. Las condiciones de trabajo tornaron casi imposible la presencia femenina en la estepa patagónica.

Isabel Ampuero que enseña Historia Regional en la Universidad de la Patagonia Austral. dice. “Es cierto que la gran mayoría de la migración que hubo a inicios del siglo XX fue masculina, dado el modelo económico vigente y las tareas o los oficios que se ofrecían en ese momento. Sin embargo, a esto hay que matizarlo porque tenemos registros de que también vinieron mujeres”. Estableció Ampuero que “si bien no en el trabajo de la esquila, acompañaban a sus familias y fueron ocupando otros lugares, por ejemplo, en el servicio doméstico y también, en la prostitución”, describió. “Hay registros de mujeres que llegaron a comienzos de siglo (muchos del sur de Chile), al igual que los varones, huyendo de la pobreza y buscando una vida mejor. Entonces, obviamente hubo mujeres que acompañaron el proceso y estaban aquí”, subrayó.
Basta detenerse a pensar que la misma Gabriela Mistral dio clases allí en 1918 y 1919, en una escuela nocturna para mujeres. Entonces había una población femenina presente.

Hay muchas entrevistas recientes y la mayoría de las mujeres eran esposas, hijas o nietas de hacendados, con ninguna participación activa por parte de ellas. La única que es mencionada repetidamente y que tuvo un rol significativo durante el desenlace final de la huelga es Elisa Minucci, una joven de 19 años. Hermana del jefe de estación de Tehuelches, donde los huelguistas habían cortado los cables del telégrafo. Ella volvió a conectarlos y se mantuvo en contacto con las otras estaciones de ferrocarril, siendo una testigo presencial del combate de Tehuelches ocurrido a los pocos días. Fue cuando transmitió a donde estaban los huelguistas, y allí mismo ocurre un enfrentamiento entre el Ejército argentino y los huelguistas.

La herida está abierta todavía aun hoy en la región. Diferentes ONGs y comisiones en las distintas ciudades han marcado los caminos de la huelga y de sus muertos, señalando, y preservando las fosas comunes, ocupándose, además, de su mantenimiento. La “Ruta de la Huelga” es uno de ellos y acompañan el reclamo de Aurora López, hija de Alejo, fusilado en Jaramillo, el 21 de diciembre de 1921. Al momento del crimen, la madre de Aurora estaba embarazada de ella, por lo que la santacruceña no llegó a conocer a su padre. La mujer, que hoy tiene 97 años, vive en Pico Truncado, Santa Cruz, y reclama desde 2014 que los restos de su progenitor sean identificados. Por primera vez, luego de más de nueve décadas, se hace público un reclamo de búsqueda e identificación de los restos de uno de los huelguistas y es impulsado por una mujer.

Por un lado, tenemos las historias oficiales y por el otro, obras historiográficas como las que se hicieron alrededor de las otras huelgas: el incendio y asalto a la Federación Obrera de Magallanes (FOM), donde la participación de las mujeres fue central, ya que, según la memoria oral, evitaron más muertes al interponerse entre los fusiles de los militares chilenos y los cuerpos de los huelguistas.

Y otro hecho que aconteció el 17 de enero de 1919 en circunstancias que un grupo de mujeres de Río Gallegos organizado por Pilar Martínez (española, viuda, cocinera, 31 años) pedían la libertad de un dirigente obrero y el administrador del diario anarquista “La Protesta”. La policía intentó disolver el grupo, frente a lo cual las mujeres no escatimaron insultos, apedreando y propinando alguna patada “certera” … contra los guardianes del orden.

La participación de las mujeres en las huelgas y la resistencia a la represión quizá no fue importante en número, pero los hechos también hicieron mella en miles de ellas que se quedaron esperando. Todo lo demás que aparece en este marco, referido a las mujeres, se circunscribe al ámbito del hogar: esconder, proteger, proveer…

Pero con el tiempo, se van sumando piezas al rompecabezas del pasado y los centenarios, generan oportunidades para repensar y repensarnos.

Gentileza: 

Beatriz Genchi –beagenchi@hotmail.com 
Museóloga – Gestora Cultural – Artista Plástica.
Puerto Madryn – Chubut.

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