Varias personas transitan en una terminal de transporte este lunes, en Buenos Aires (Argentina).
Las grandes ciudades echan el cierre ante el aumento de casos y el número de camas ocupadas en cuidados intensivos
Enero ha traído una escalada de casos en América Latina. Tras un descenso en la curva durante octubre y noviembre, en diciembre y lo que va de enero de 2021 las cifras han vuelto a subir, en coincidencia con la compras de Navidad, un relajamiento de la cuarentena y el inicio de la temporada de vacaciones de verano en el Cono Sur. No está claro aún si la región está ante una incipiente segunda ola o un agravamiento de la primera tras unas pocas semanas de tregua. Mientras se espera la llegada de las primeras dosis de la vacuna –solo Argentina, México, Chile y Costa Rica han iniciado campañas de inmunización– la solución a la mano sigue siendo la cuarentena. Los gobiernos, sin embargo, chocan con la resistencia social a nuevos confinamientos.
Argentina estudia, por primera vez desde el inicio de la pandemia en marzo pasado, decretar un “toque de queda sanitario”; México ha limitado las actividades en la capital a las esenciales; Colombia ha decidido confinar a un tercio de la población de Bogotá; la ciudad brasileña de São Paulo, la más afectada por los contagios, decidirá el viernes si endurece las restricciones. Las estrategias no difieren demasiado de las utilizadas hace ya casi un año.
El argentino Alberto Fernández ha reconocido que está “preocupado”. Este lunes señaló a los jóvenes por no cuidarse y propagar la covid-19 entre los mayores, el segmento más vulnerables ante la enfermedad. El último informe del Ministerio de Salud identificó 8.222 nuevos positivos en las últimas 24 horas, cifras similares a los duros meses de julio y agosto. El detalle muestra que el 53,4% de los infectados tiene menos de 39 años. La situación se ha vuelto explosiva en los balnearios de la costa atlántica de Buenos Aires: los noticieros de televisión muestran durante todo el día decenas de miles de jóvenes celebrando fiestas en la playa, sin barbijos ni distanciamiento. Por primera vez desde marzo, la Casa Rosada estudia un toque de queda nocturno, una medida extrema que ha intentado evitar por la carga negativa que una acción semejante tiene en un país que ha vivido en dictadura.
“El riesgo de que todo vuelva a paralizarse existe y nadie en la Argentina quiere que eso ocurra”, advirtió Fernández. Con casi 1,7 millones de casos positivos y 145.000 activos, las alarmas están encendidas, aunque el sistema de salud parece lejos de un colapso: el último balance indica que las camas de UCI están ocupadas en un 53%.
México también comenzó a echar el cierre en las regiones más afectadas por la pandemia. Las cifras oficiales volvieron a ritmos ascendentes y el Gobierno mexicano ordenó, desde diciembre, que se detuvieran las actividades no esenciales en la Ciudad de México. Las imágenes de las calles del centro de la capital con cientos de personas haciendo compras se observaban desde semanas antes del anuncio. Sin embargo, las autoridades esperaron hasta que la capacidad hospitalaria alcanzase un 74% para detener las actividades comerciales. Desde entonces, los pacientes con coronavirus no han dejado de llegar a los hospitales y el ritmo ascendente de la demanda de atención sanitaria ya roza el 90%. El Estado de México, colindante con la capital y el motor industrial del centro del país, también decidió detener las actividades económicas.
Los Estados mexicanos fronterizos como Baja California y Nuevo León se sumaron al cierre. La frontera con Estados Unidos se mantiene desde hace meses cerrada al paso de personas que no trabajen en actividades esenciales y la medida se ha extendido hasta el 21 de enero. Sin embargo, el comercio con Estados Unidos continúa pujante. Según los datos de la secretaría de Salud, en todo el país unos 1,5 millones de personas se han contagiado y 127.000 han muerto a causa del virus. En Nochebuena, México comenzó la aplicación de la vacuna de Pfizer y BioNTech al personal de los servicios de salud. Se espera que al terminar enero, 1,4 millones de personas hayan recibido el antígeno y comience la vacunación de la población mayor de 60 años.
Las vacaciones de Navidad generaron que el turismo nacional y extranjero llenara los principales balnearios de México: Cancún, Acapulco y Los Cabos. Aunque el comercio permaneció parcialmente cerrado, la ocupación hotelera alcanzó entre un 60% y 80%. La caída de los precios en los servicios turísticos y las restricciones más relajadas hicieron del país un destino para la temporada. México se ha convertido en el tercer destino turístico más visitado durante 2020 en el mundo. Los cierres están previstos hasta el 11 de enero, cuando las autoridades evaluarán nuevamente a situación de un país que no consigue ver los contagios de la covid-19 disminuir.
Fase amarilla en São Paulo
En Brasil, el Estado de São Paulo, que con 45 millones de habitantes iguala en población a, por ejemplo, Argentina, pasó este lunes de fase roja a amarilla, esto es que todas las actividades están autorizadas, pero con restricciones de horario y aforo. Pero las cifras de la pandemia no dejan de crecer: el Ministerio de Salud registró en diciembre un 76% más casos positivos y 66% más muertos que en noviembre. El Gobierno estatal ha anunciado que el viernes decidirá si cierra otra vez su economía.
No le va mejor a Colombia. En Bogotá, donde ha aumentado desde diciembre la ocupación de camas de cuidados intensivos, un tercio de su población ha vuelto este martes y hasta el 17 de enero a una cuarentena estricta, con toque de queda entre las ocho de la noche y las cinco de la mañana del día siguiente. En tres de las 20 localidades de la capital colombiana –Suba, Engativá y Usaquén–, la ocupación de camas de cuidados intensivos llega al 82%. Ante el aumento de casos, Medellín y Cali también recibieron el nuevo año con medidas de confinamiento. Colombia registra cerca de 44.000 muertes relacionadas con la covid-19 y acumula casi 1,7 millones de casos confirmados, un tercio de ellos en la capital.
En Chile, en tanto, los contagios han aumentado un 32% durante la última semana, hasta cifras similares a mayo pasado, informa Rocío Montes. Los contagios subieron en coincidencia con las compras de Navidad, las fiestas de fin de año y el comienzo de las vacaciones. El Ministerio de Salud comunicó el lunes 2.450 nuevos positivos, aunque el 1 de enero la cifra llegó a los 3.588. En el pico de la pandemia, a mediados de junio, en una jornada los contagiados sumaron 6.938. Chile inició en Navidades la aplicación de la vacuna de Pfizer a personal sanitario de la primera línea de fuego. La atención, sin embargo, está puesta en la decisión del presidente Sebastián Piñera de entregar un permiso de vacaciones a los cerca de 10 millones de personas que residen en zonas que se encuentran confinadas. Solo el lunes, se entregaron más de 26.000 autorizaciones para viajar, el 74% de ellas desde la capital, con el consiguiente riesgo de propagación del virus.
Fuente:https://elpais.com/sociedad/2021-01-05/los-contagios-se-disparan-en-el-arranque-del-ano-en-america-latina.html
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