Lo advierte una nueva investigación de la Oregon Health & Science University, publicada en la revista Cell. Los detalles
Cuando nos contagiamos con un patógeno, un virus o bacteria, nuestro sistema inmune reacciona contra éste y comenzamos a producir anticuerpos que permanecen en el organismo, incluso cuando el virus ya ha sido eliminado. “Típicamente comenzamos a producir un tipo de anticuerpos (inmuniglobulinas M o IgM), alrededor del día siete después de la infección y otro tipo de anticuerpos (inmunoglobuinas G o IgG), después del día 10 de la infección”, explica Juan Manuel Carreño Quiroz, microbiólogo de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en Nueva York. “O sea, la prueba se hace cuando ya se puede ver la producción de anticuerpos, unas dos semanas después de la infección”. Esto quiere decir que la prueba no tendrá un impacto a corto plazo para saber cuánta gente está infectada activamente.
Un nuevo estudio demuestra que los anticuerpos generados por el nuevo coronavirus reaccionan a otras cepas de coronavirus y viceversa. La investigación fue publicada por científicos de la Oregon Health & Science University.
En la misma sintonía, Carreño Quiroz manifiesta que la prueba ayudará a que los gobiernos puedan controlar mejor la pandemia y retirar gradualmente el aislamiento de sus poblaciones. “Los tests que se están usando actualmente detectan una infección activa. Se toman exudados nasales y faríngeos para ver si tienes el virus”, enfatiza el especialista. La prueba, dice el investigador, puede indicar si la persona resultó infectada en el pasado porque el organismo retiene los anticuerpos que se desarrollan cuando se enfrenta una infección.
La ventaja que tiene “la prueba de los anticuerpos en el caso del coronavirus es que como ésta se realiza en sangre es mucho más segura para el personal sanitario, porque en la sangre no hay virus”, dice el doctor Miguel Ángel Llamas, presidente ejecutivo de la empresa española de diagnósticos Empíreo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid. La prueba es relativamente simple, explica el experto. “Se puede hacer en suero o en plasma sanguíneo, donde el anticuerpo está más concentrado, pero también se puede hacer en sangre total con un simple pinchazo de dedo como se hacen las pruebas de las personas diabéticas”, indica el catedrático.
“Con la prueba se identifica a personas con altos niveles de anticuerpos para utilizar su suero o plasma como método terapéutico para ayudar a los pacientes con infección severa”, explica Carreño. Esto requiere extraer suero o plasma de personas que ya han sido infectadas con el virus y transferirlo a pacientes graves. Varios laboratorios en el mundo están desarrollando sus propias pruebas de anticuerpos y algunos gobiernos ya anunciaron que pronto comenzarán a implementarlas en sus poblaciones.
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