San Rafael, Mendoza viernes 26 de abril de 2024

Jugando a la oca con un templario – Por:. Beatriz Genchi

Un día el rey del imperio donde nunca se ponía el sol, recibió un regalo de Francisco I de Medici. Era una especie de tablero donde había sesenta y tres casilla en forma de caracol, un juego de la oca. Sus ancestrales e inciertos orígenes, así como el halo esotérico, que le relaciona con: El Camino de Santiago, El Camino de las Ocas, Templarios y María Magdalena.

El origen de este juego está relacionado con los caballeros templarios, esos monjes guerreros que defendían en su origen a los cristianos que peregrinaban a Jerusalén.

Pero la historia de los caballeros del Temple no quedó ahí y ya la conocen todos, fueron partícipes muy activos también del Camino de Santiago, y para proteger a esos peregrinos por los caminos repletos de peligros, elaboraron un tablero con mensajes encriptados que solo ellos eran capaces de conocer.

La “pata de la oca” viene a representar ese camino y era usado por maestros constructores de iglesias y catedrales que podemos ver perfectamente en muchas piedras del camino.

Cualquier investigador o conocedor de las Reglas de la Orden del Temple, nos dirá que esto no es posible, porque las Reglas de la Orden prohibían los Juegos de: Dados y Ajedrez. El juego de la Oca, para los templarios no era un juego, sino un mapa cifrado para garantizar al peregrino su ida y vuelta a casa sano y salvo. Se basaba en los Marcadores o Carteles anunciadores que los Maestros Constructores dejaban en las Catedrales, Castillos, Monumentos, Puentes, Cementerios.

Es un jeroglífico, donde los símbolos, eran conocidos por toda la Orden, y que permitía un entendimiento a todos los caballeros de la Orden, independientemente del idioma de cada uno.

La invención del juego de la Oca, es anterior al siglo XI, pero cuando alcanzo una verdadera eclosión como juego, fue durante el reinado de emperador español Felipe II. Que recibió ese tablero de parte de Francisco I de Médici, pero desconocía aquellos mensajes encriptados con lo cual se convirtió en un juego de mesa con las reglas que en aquel momento puso la corte y que ahora todos conocemos y jugamos.

Y para que no se piense que algún término del principio del texto está equivocado, recuerdo que en ese momento, Madrid, era la capital del Imperio donde “no se ponía el Sol” y todos los gobernantes mundiales, estaban mediatizados por las decisiones que se tomaban en Madrid, que influían en una rápida aceptación y difusión de nuestros gustos y modas.

El Juego de la Oca, sustituyo prácticamente al Ajedrez, en las Cortes europeas, siendo un preciado regalo intercambiado entre los nobles.

Gentileza:

Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com
Museóloga – Gestora Cultural – Artista Plástica.
Puerto Madryn – Chubut.

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