San Rafael, Mendoza viernes 19 de abril de 2024

A-68A, el gigantesco iceberg antártico que amenaza a los pingüinos

Recorrido del iceberg A-68 captado por los satélites del programa Copernicus. ESA

Tras desprenderse varios bloques de hielo más pequeños, el cuerpo principal del iceberg que se originó en 2017 en la Península Antártica se aproxima peligrosamente a las Islas Georgias del Sur, donde se teme que pueda bloquear el acceso a la comida de pingüinos y focas

El 12 de julio de 2017, el perfil de la península Antártica cambió para siempre. Un gigantesco bloque de hielo, algo más grande que la Rioja, se separó de la barrera Larsen C dando lugar a uno de los mayores icebergs que se han formado. Lo llamaron A-68 y se ha convertido también en el monstruo de hielo más y mejor observado de la historia.

A medida que navegaba por las frías aguas del Atlántico Sur, esta masa de hielo que al nacer tenía 5.100 kilómetros cuadrados y sólo 200 metros de espesor se ha ido rompiendo, dando lugar a otros icebergs más pequeños. Su evolución ha sido vigilada permanentemente por los científicos gracias a la flota de satélites que permiten seguir su rastro con independencia del tiempo que haga o de la luz, algo imprescindible en las regiones polares, sumidas en la oscuridad durante el invierno.

Al poco de comenzar su viaje, perdió una masa de hielo que fue denominada A-68B (el bloque principal pasó a llamarse A-68A). El pasado abril se desprendió otro fragmento, A-68C. En julio, cuando navegaba por aguas más turbulentas, los científicos temieron que se produjeran más fracturas, como ha ocurrido en diciembre. Un nuevo fragmento del tamaño de Sevilla, que se llamará A-68D, se desprendió hace cinco días y otros dos fragmentos de hielo, A-68E y A-68F, se formaron el martes.

Casi tres años y medio después de su nacimiento, cuando se encuentra muy cerca de las Islas Georgias del Sur, han saltado las alarmas.

El iceberg principal, A-68A, tiene una superficie de 3.700 kilómetros cuadrados y una longitud de 135 kilómetros. Si no se desvía de la ruta que está siguiendo, los científicos temen que a finales de mes pueda chocar con la isla y ponga en peligro a la rica fauna que vive allí, tal y como ha advertido la Agencia Espacial Europea (ESA), que opera los satélites Sentinel del programa Copernicus que lo vigilan.

Las focas y los pingüinos figuran entre los animales más vulnerables pero la llegada del iceberg afectaría a todo el ecosistema y, por tanto, a otras especies que habitan esta zona protegida desde 2012. Allí viven animales como el lobo marino antártico o el elefante marino del sur, y aves como la paloma antártica o el pato geórgico.

Los biólogos temen que al tocar tierra, el iceberg pueda dejar bloqueados los animales, dificultando su búsqueda de comida. Precisamente ahora está comenzando la etapa de cría por lo que los pingüinos no sólo tienen que buscar alimento para ellos mismos sino también para sus hijos.

«En la historia científica, no habíamos visto algo tan grande aproximándose a las Georgias del Sur», ha declarado a Reuters Geraint Tarling, oceanógrafo en la British Antarctic Survey, que considera que lo habitual es que un iceberg como A-68A se fragmente más en el océano abierto.

ESCENARIO DE LA GUERRA DE LAS MALVINAS

El archipiélago de las Georgias del Sur está en el océano Atlántico Sur, a unos 1.400 kilómetros al sureste de las islas Malvinas. Es un territorio administrado por el Reino Unido y reclamado por Argentina, al igual que los otros archipiélagos bajo soberanía británica de esta remota región que fue el escenario bélico de la guerra de las Malvinas.

Los icebergs suponen además una amenaza para la navegación por lo que son vigilados para intentar evitar accidentes.

A-68A era hasta hace poco el iceberg más grande, pero al perder fragmentos a lo largo de este año, ha sido superado en tamaño por otro iceberg llamado A-23A, que tiene una superficie de 4.000 kilómetros cuadrados y actualmente está en el Mar de Weddell, en el Océano Antártico.

Anteriormente se han formado icebergs incluso más grandes. El récord desde que se hacen mediciones lo tiene el iceberg B-15, una masa de hielo que cuando se formó, en el año 2000, tenía una superficie de 11.000 kilómetros cuadrados aunque como es habitual, fue fragmentándose y haciéndose más pequeño.

Fuente:https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2020/12/24/5fe3845cfc6c83652d8b45f9.html

 

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