Por eso, la decisión de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza de hacer lugar a un planteo de la curia mendocina para que en las escuelas públicas se puedan impartir misas y clases de catequesis, entre otras acciones, no deja de sorprender, sobre todo porque la histórica normativa indica que la enseñanza estatal debe ser laica.

Así lo dispone la ley 1.420 de Educación Laica, que debe velar, además, por una enseñanza gratuita y obligatoria. Es más, fue la Dirección General de Escuelas (DGE) la encargada de formalizar en la provincia una resolución en la cual se estableció la prohibición para que los establecimientos educativos de todos los niveles y modalidades de gestión oficial realicen actividades y prácticas vinculadas a los credos. Y no sólo de la Iglesia católica, sino de todas las confesiones religiosas, durante los días escolares hábiles.

Por eso, en este punto, cuesta entender que el máximo tribunal, con la firma de los ministros Teresa Day y Julio Gómez, falle a favor del pedido del Obispado de San Rafael, asegurando que la medida del gobierno escolar “transgrede normas constitucionales”. Aquí vale exponer también que la Carta Magna nacional establece el “principio de laicidad”.

Así, fuera del ámbito educativo, el Estado acompaña a los fieles para desarrollar sus creencias en el sitio y momento que consideren adecuado. No en la escuela.

Fuente:https://www.elsol.com.ar/por-que-religion-en-las-escuelas-publicas