San Rafael, Mendoza martes 26 de noviembre de 2024

Ahora la llaman la danza feminista – Por:.Beatriz Genchi

Podría pensarse que el título de la ya, famosa zamba la “López Pereyra» aludía a una mujer. Esto no es así, el artículo «la» sólo puntualiza que la melodía tiene ritmo de zamba, no es por ninguna mujer.

Artidorio Cresseri, arriaba mulas allá por el 1880, entre Salta y el sur de Bolivia por senderos angostos haciendo equilibrio entre la montaña y el precipicio en compañía de su padre. No era tarea fácil … y más aún cuando su deseo era ser artista.

Cuando tenía apenas 16 años, compuso su primer tema: “El bailecito de Bolivia”, que tuvo gran repercusión en Bolivia y Argentina. Con 20 años era persona de muchos amigos poderosos. Entre ellos, un abogado recién llegado de Chaco acompañados siempre de música y alcohol.

Una madrugada clara de la primavera de 1910 que volvía borracho a su casa y su mujer le recriminó, él, descargó su furia contra ella y le pegó con violencia. Al caer al suelo la víctima se golpeó la cabeza contra el umbral de la casa y murió en el acto.

Tal era la impunidad del guitarrero, que cuando llegó la policía a la escena del crimen el comisario a cargo del hecho, ordenó cubrir el cuerpo de la mujer con una manta y a continuación delante de los vecinos curiosos y asombrados, abrazó al salteño Cresseri y compungido le dio el sentido pésame.

Cuando se le pasó la borrachera después que enterraron a su mujer, entre vino y penas, compuso la música de una canción en homenaje a su mujer. Fue una zamba, y la escribió en tono de arrepentimiento y confesión tardía como suele ocurrir con la mayoría de los femicidas.

En la causa por homicidio lo defendió el chaqueño abogado, su amigo, el doctor Carlos López Pereyra, quien hiciera “muy bien” su trabajo ya que en los considerandos donde lo absuelven de culpa y cargo al homicida, invocó la figura de “emoción violenta” por primera vez en la historia jurídica argentina.

Con anterioridad a la letra y cuando aún la zamba no tenía título, la difundieron en diversas reuniones, bautizada popularmente como «La chayateña». En una peña, en que el abogado López Pereyra festejaba su cumpleaños le pidió a Cresseri que ejecutara esa «chilena» que tanto le gustaba. Fue entonces cuando, tocado también por la emoción del momento, éste le dedicó su composición bautizándola en su homenaje con el título original: «chilena dedicada al doctor Carlos López Pereyra». El entusiasmo obliga a la repetición y el doctor la bailó con una dama santiagueña, así se consagra el bautismo de la zamba.

La autoría de la letra estaba difícil ya que el legendario payador uruguayo, Juan Francia también amigo personal de Cresseri es a quien se le asignó la autoría de las tres primeras estrofas con las que, por mucho tiempo, fue cantada la zamba, la cuarta estrofa fue incorporada con posterioridad y se desconoce quién la hizo. El conocido cantautor Andrés Chazarreta en algún momento la registro como propia. Para luego decir ante la justicia, que se trataba de una zamba salteña que supo escuchar algunas veces y que desconocía el autor.

Inscripta en SADAIC desde 1958, se falló en favor del salteño unos diez años más tarde, hubo una apelación y en definitiva se fueron veinte años más, hasta el fallo ratificatorio y definitivo, en el que se daba la autoría de la zamba: a Don Artidorio Cresseri música, y recopilación de letras a Chazarreta. …»

 Gentileza:

Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

Puerto Madryn – Chubut.

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