Según las encuestas, aumenta el número de personas que cuestionan el accionar del Estado y crece el cansancio por las restricciones de circulación

Desde que el coronavirus llegó al país,las medidas que toma el Gobierno para hacer frente a la pandemia generan cada vez más rechazo que apoyo en la opinión pública. Las encuestas muestran un cambio en la valoración de la población no solo sobre el accionar del Estado, sino que también el humor social demuestra más cansancio sobre las medidas de aislamiento y una mayor preocupación por el freno de la economía.

Según el último informe de Poliarquía, la desaprobación a lo que hace el presidente Alberto Fernández para controlar el virus subió del 44% al 47% entre septiembre y octubre, superando a los que apoyan el accionar del Estado, que cayeron del 47% al 43%. El valor de la aprobación se ubicó así en el mismo nivel que a mediados de marzo, cuando se registraban los primeros casos de contagiados en la Argentina.

En ese momento, el apoyo a las medidas del Gobierno -y la imagen presidencial también- se dispararon hasta alcanzar niveles superiores al 80% en abril. Desde entonces, a medida que crecían los casos y las muertes, el apoyo entró en una pendiente sostenida.

La valoración más alta de las medidas se concentra en el conurbano bonaerense (54%), donde le rechazo es del 23%. En el interior -donde ahora se concentra la mayor cantidad de contagios- el apoyo cae al 43% y el rechazo asciende al 36%. En la ciudad de Buenos Aires, un 41% destaca el accionar del Gobierno, mientras que un 30% lo rechaza.

Un sondeo de la consultora Synopsis, en tanto, mostró una separación aún mayor entre los que valoran y cuestionan las medidas de Gobierno. En el último mes, el 53% respondió que tiene una valoración negativa, mientras que el 30,5% opinó lo contrario. Desde agosto que, según la consultora, el rechazo es mayor que el apoyo.

Para defender la gestión durante la pandemia, una de las espadas del Gobierno es poner en valor la ayuda estatal a la población para intentar amortiguar el impacto socioeconómico de la cuarentena, pero en los sondeos de opinión comienza a verse hace ya varias semanas que ese activo comenzó a perder fuerza a medida que la estrategia sanitaria flaquea y la economía se hunde.

«Más allá de la ayuda del Estado, que estuvo, fue mucho más acotada en comparación con otros países. Es difícil que esa ayuda pueda contribuir a compensar lo elocuentes que son los resultados, sobre todo en un contexto en el que el Gobierno se volcó más hacia el confinamiento de la población que a la utilización de estrategias inteligentes, cuarentenas localizadas o estrategias de rastreo, seguimiento y aislamiento. No utilizaron instrumentos de precisión quirúrgica, utilizaron la motosierra para operar», dijo a LA NACION Lucas Romero, de Synopsis.

El consultor señaló que en una economía con un fuerte peso del consumo interno, las restricciones a la circulación terminaron generando en parte de la población «la sensación de que el Estado en vez de ayudar está complicándoles la calidad de vida».

De acuerdo al estudio de Poliarquía, en el último mes creció la cantidad de personas que creen que su situación económica empeoró en comparación con el contexto prepandémico. El 60% respondió que está peor, seis puntos más que el mes anterior.

Por su parte, ante la pregunta sobre si se debe «mantener la cuarentena y el distanciamiento social para disminuir la cantidad de contagios y fallecidos aunque esto genere dificultades económicas» o si en realidad se debe evitar «parar la economía aunque esto genere mayor cantidad de contagios y fallecidos», todavía es mayoría la cantidad de personas que creen que hay que mantener las restricciones, aunque el peso de la economía continúa en ascenso.

El 48% cree que la cuarentena debe seguir, el valor más bajo desde marzo, mientras que el 39% consideró que la economía ya no se puede mantener detenida. Fue el valor más alto desde que comenzó la pandemia.

En ese sentido, indica Poliarquía, creció la cantidad de gente que pide flexibilizar la cuarentena y la que ya comenzó a salir a la calle con más frecuencia pese a las restricciones. El 52% respondió que en la última semana previa al estudio salieron de sus casas 3, 4, 5 o más veces a hacer compras, trabajar o pasear.

Asimismo, el 46% respondió que se deberían flexibilizar más las restricciones, cuatro puntos más que el mes pasado y el mismo porcentaje que en agosto. El 31% respondió que la cuarentena debe endurecerse.