La joven piloto de karting mendocina de 25 años nunca dejó de entrenar a pesar de la cuarentena.
La deportista oriunda de Colonia Segovia, Guaymallén, reside actualmente en Ciudad y, a pesar de la escasa actividad deportiva producto de la pandemia, divide cada jornada entre sus obligaciones laborales en una empresa de televisión satelital y un arduo entrenamiento físico y algunas pruebas en su karting, con el firme propósito de alcanzar su objetivo próximo de llegar al automovilismo nacional.
Para lograrlo, se ha trazado un plan de trabajo que, lejos de desanimarla por la inactivad debido a la pandemia, y por la falta de presupuesto en muchas ocasiones, le permite seguir forjando su futuro automovilístico a fuerza de sacrificio, coraje y voluntad de aprendizaje y superación.
Julieta comentó: “Me vine a vivir a la ciudad para estar más cerca de todo, para juntar más rápido el presupuesto para competir, por mi actividad laboral y mi preparación física. Este año mi objetivo era y lo seguirá siendo, el año que viene, tratar de estar dentro de la categoría del Súper TC 2000”.
En ese sentido, destacó que “la idea era estar en la Fórmula Renault 2.0, gestionar pruebas antes para tener experiencia en alguna Fórmula Plus o Fórmula Metropolitana, para luego competir en la Fórmula Renault y, en un futuro, tratar de hacer la Escuela del Súper TC 2000 y TC 2000”.
“Físicamente nunca dejé de entrenar –agregó–, soy una persona que ama mucho el deporte en general. Cuando comenzó la cuarentena, desde el gimnasio donde entreno, ubicado en calle Colón de Ciudad, se armó todo un sistema de rutinas diarias, donde los profesores nos pasaban los videos, la manera de ejecutarlos y, obviamente, nosotros recíprocamente tratábamos de devolverles algún video realizando el ejercicio o consultando alguna duda”.
Al respecto, dijo que “siempre con elementos que tuviéramos en casa improvisamos y, de a poco, los profesores cuando comenzaron a ver que esto iba a demorar y retardar la reapertura, fuimos comprando alguno materiales como pesas, colchonetas, sogas, pelotas, como para ir complementando los ejercicios, siempre utilizando también el peso del cuerpo, y los profesores nos pasaban las rutinas diariamente”.
“Cuando se abrió un poco el panorama –agregó–, se podía hacer trote, caminatas, bicicleta, comencé a salir todos los días que podía, respetando las restricciones, la terminación del DNI. Actualmente todos los días hago trote o bicicleta, luego vuelvo a casa y entreno lo físico, pero como ando mucho en la calle por mi trabajo, me siguen pasando las rutinas y las hago en mi casa”.
Más adelante, Julieta manifestó que “en cuanto al entrenamiento específico del deporte, ir a probar al kartódromo. Hace varias semanas se comenzó a realizar pruebas en el autódromo Jorge Ángel Pena de San Martín, con un protocolo muy organizado, con declaración jurada, previamente con turnos, hasta 10 kartings, cantidad limitada de acompañantes y en un determinado horario. La verdad que todo fue excelente, donde te sanitizan, te toman la temperatura, ingresás y si llega a pasar algo, todos se comunican, obviamente, porque están los datos de todos”.
Comentó que “en total fui a dos pruebas desde que se habilitaron, ya que a Buenos Aires no voy a poder ir a correr por bastante tiempo. Sé que cuando se haga la reapertura de las carreras, tendré que hacer la cuarentena allá y quedarme algunos días. Pero prefiero ahorrarme el dinero de las pruebas, que se encarecieron en las últimas semanas”.
Sus inicios en el karting
La piloto sostuvo además que su comienzo en el karting sin estar federada “fue aproximadamente a los 15 años. Pude comprarme un karting, comencé a armarlo, me iba a probarlo las veces que podía. No lo hacía muy seguido porque el presupuesto familiar no lo permitía. Juntaba un poco de dinero los sábados vendiendo bizcochuelos, panchos y me iba comprando un poquito de cada cosa”.
“Verdaderamente, debuté –dijo– en la última fecha del Campeonato Mendocino de Karting en diciembre de 2012 y desde ahí comencé a correr, me encantó y fue una experiencia única. En ese verano, comencé a tratar de potenciar el motor y mejorar el chasis. Fue en categoría súper cuatro tiempos, motor 150 cc, ahí empecé a correr, me gustó muchísimo”.
Asimismo, recordó: “Al año siguiente pude estar ahí, compitiendo todos los fines de semana que había carreras, que eso para mí ya era muy importante, porque no sabía si lo iba a poder hacer desde el punto de vista económico, junto a un motorista, Cóndor Moscetta, que me dio una mano importantísima y hacíamos las cosas lo más barato posible. Ese año terminé octava en el campeonato y al año siguiente mejoré todo”.
Al respecto, señaló: “Pude comprarme y mejorar el chasis un poco más acorde a la situación, luché por el campeonato dos años seguidos y luego salté a la categoría Sénior Súpercross Mendoza. Más o menos de forma simultánea fui a grabar un programa para Fox Sports Desafío Motor, Temporada 4, donde llegué aproximadamente hasta la mitad del concurso”.
“Allí hice contactos y lazos –dijo– con la categoría Regional de Karting. También llevé a cabo algunas fechas del Zonal Cuyano con un 147 con el equipo de Morales Suspensión, donde yo trabaja haciendo tren delantero, alineación y balanceo, y también disputé alguna fechas de Speedway con un Renault Gordini de una familia amiga. Desde que hice el programa Desafío Motor, comencé a correr en Buenos Aires en karting, primero en el Regional y luego salté a la Copa RF”.
Reconoció además: “Soy consciente de que tengo que hacer una escuelita, tratar de correr y sumar conocimientos. Es como todo deporte, las horas que tengas arriba del auto es lo que vale, lo que te da la experiencia y lo que te hace ser bueno, pero no puedo hacerlo siempre debido a que siempre he tenido que aportar etapas y nunca pude obtener buenos resultados como decir cuántos campeonatos o carreras ganadas, ya que nunca he podido ir a probarme en la pista como lo tiene que hacer un piloto verdaderamente”.
En ese sentido, dijo: “Yo prácticamente iba a correr directamente, no probaba antes, tampoco entre semana, no conocía los circuitos, directamente iba a correr, por eso no tuve tantos buenos resultados. Por ahí muchos dirán pero tiene muchos quintos puestos, pero para mí esa ubicación era como salir campeona, porque no tenía pruebas, no conocía los circuitos. Sé que la mayoría de los pilotos contra los que he corrido tienen un fuerte respaldo económico, no tienen tantas preocupaciones en la mente y van a probar todos los días”.
“Vamos a tratar de llegar a la Fórmula –agregó–, mucha gente me ha dado una mano, pero, por ejemplo, para hacer una pruebita necesitás 100 mil pesos y yo para juntar ese dinero necesito varios meses, cosa que un piloto que debuta actualmente, desde los 13 o 14 años, ya comienza a probar seguido o todas las semana en Fórmula, algo que yo no puedo hacer”.
“Nunca sentí discriminación”
La joven piloto indicó que “en cuanto a mi experiencia como mujer en el automovilismo, nunca sentí discriminación. Más allá de algunos comentarios, pero que los vas a vivir en todos los ámbitos de la vida, no me molestan, no me perjudican y no los escucho. Por lo general, siempre veo las cosas buenas de todo y no me puedo quejar. Nunca me hicieron diferencia por ser mujer, la única desigualdad que he sufrido fue más que nada desde lo económico que por el sexo. O yo no me he dado cuenta y no le doy bolilla directamente, siempre le doy prioridad y prefiero destacar las cosas buenas de la vida, y he recibido más buenas ondas y apoyo que malas o algo en contra”.
En cuanto el karting, manifestó: “Desde que comencé a probar, y a tratar de meterme en el ambiente, fui comprando herramientas, repuestos, como compresor, carrito, carpa. La movilidad que tengo para todo es una pequeña camioneta, donde atrás puedo cargar el karting y herramientas más de precisión específicas para el karting. Tengo una cajita hermosa que la amo llena de repuestos como tuercas, arandelas, bujes, fuelles, varillas, extremos, rótulas, además de llantas, juegos de cubiertas. Lo que a uno se le ocurra lo tengo. Gracias a la ayuda de mucha gente y de todos fui aprendiendo, rompiendo, arreglando, poniendo y sacando piezas”.
Con la misma humildad de sus inicios en su actividad automovilística, que la llevó a generar sus propios recursos económicos para solventar los gastos de su actividad deportiva, a diferencia de otras jóvenes de su edad, Julieta es feliz con su caja de herramientas, con su buzo y casco, ultimando detalles para saltar a la pista y correr con su karting. Los sueños están para ser cumplidos y esa es la premisa de esta joven, a quien ni una pandemia pudo cortarle las alas para correr, sumar experiencia y cumplir su objetivo de llegar al Súper TC 2000.
Finalmente, la mendocina aprovechó la oportunidad para agradecer en primer lugar a su familia, “por el apoyo incondicional, a muchas personas del sector privado de Mendoza y Buenos Aires, sería imposible nombrarlas a todas, a reconocidos nombres ligados al deporte motor mendocino y al Gobierno de Mendoza, a través de la Subsecretaría de Deportes”.
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