Mucho se ha especulado sobre el fin del reinado de la divisa estadounidense a manos del yuan por ejemplo. Sin embargo, investigaciones recientes auguran, todavía, una larga vida al rey verde.
Los economistas del Fondo concluyen que la prevalencia de monedas dominantes como el dólar estadounidense en las decisiones de precios de las empresas altera la forma en que los flujos comerciales responden a los tipos de cambio, especialmente a corto plazo. Cuando los precios de exportación se establecen en dólares estadounidenses o euros, la depreciación de un país no abarata los bienes y servicios para los compradores extranjeros, al menos en el corto plazo, lo que genera pocos incentivos para aumentar la demanda. Así, en las economías en desarrollo, donde los precios de la moneda dominante son más comunes, la reacción de las cantidades exportadas al tipo de cambio es más tenue y también lo es el impulso a corto plazo de una depreciación de la economía nacional”. Otra implicación importante del uso del dólar estadounidense en la fijación de precios del comercio es que un fortalecimiento global del mismo conlleva efectos contractivos a corto plazo sobre el comercio. Esto se debe a que el debilitamiento de las monedas de otros países frente al dólar estadounidense lleva a precios más altos en moneda nacional de sus importaciones, incluso de países distintos de los EE.UU., y, por lo tanto, a una menor demanda”. Lo mismo vale para el financiamiento empresarial donde un fortalecimiento generalizado del dólar estadounidense puede tener efectos contractivos a nivel mundial a través de los balances de las empresas importadoras.
Pero el estudio llega a otra conclusión, de sumo interés para países como Argentina: el análisis de las monedas dominantes sugiere que es poco probable que el debilitamiento de las monedas de las economías en desarrollo proporcione un impulso a sus economías a corto plazo, ya que la respuesta de la mayoría de las exportaciones será atenuada, además de las perturbaciones físicas del comercio derivadas de la oferta y la demanda. Mientras tanto, los sectores clave que normalmente responderían más a los tipos de cambio, como el turismo, probablemente se vean afectados por las medidas de contención relacionadas con covid-19 y los cambios en el comportamiento de los consumidores. Por lo tanto, sostener la economía nacional a corto plazo requiere un uso decisivo de otras palancas de política, como los estímulos fiscales y monetarios, incluso a través de medidas no convencionales.
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