El sector es uno de los más afectados económicamente por la pandemia de coronavirus. Las pérdidas son grandes y la reactivación, muy lenta.Casi tres meses con las puertas cerradas de sus locales estuvieron los empresarios hoteleros y gastronómicos por la pandemia que azota al mundo entero. Hace unas semanas, el gobernador, Rodolfo Suarez, los exceptuó y los habilitó para trabajar. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto. Ahora, para resurgir, no dependen del turista nacional o el extranjero al que estaban acostumbrados atender, sino que su única opción es el mendocino al que, según admiten algunos, habían dejado de lado.
Las estrategias planificadas no abundan porque tampoco son muchos los mendocinos que están en condiciones de hacer turismo interno. Se habla de promociones en estadías, cancelación con tarjeta de crédito en cuotas sin interés y menúes alternativos y accesibles en las bodegas más prestigiosas de la provincia, entre otras opciones.
En Potrerillos y Cacheuta, el mendocino es anfitrión
Hace tres semanas se habilitó el turismo interno en Mendoza y las zonas elegidas por cientos de mendocinos fueron Potrerillos y Cacheuta. Desde la Asociación Turística de Potrerillos manifestaron que la reactivación durante ese fin de semana, que fue largo, rondó el 40%.
Los pronósticos fueron alentadores para los emprendimientos turísticos de la zona y ya están hablando de alternativas para atraer a más turistas durante el invierno, aunque aún no se han hecho efectivas.
«Estamos pensando la posibilidad de permitir que los visitantes cancelen sus estadías con tarjeta de crédito en cuotas sin interés. Hemos hablado con varias entidades bancarias y estamos a la espera de la respuesta», dijo Fernando Perera, titular de la Asociación Turística de Potrerillos.
Otras de los beneficios pensados tiene que ver con el check-out que, en lugar de que sea a las 10, la idea es permitirle al turista retirarse en horas de la tarde sin costo alguno. «De esa forma puede disfrutar un poco más de la estadía previo al regreso de la rutina», contó Perera.
Por su parte, Guillermo Estelrich, dueño de uno de los complejos más importantes de Cacheuta, aseguró que el mendocino no debe ser reconquistado porque siempre ha jugado de local, al menos en Potrerillos y Cacheuta.
«Nosotros los recibimos varios meses del año, en especial, de diciembre a marzo, y siempre los atendemos no como turistas sino como anfitriones», contó el empresario.
Estelrich confesó que actualmente están planeado, o deberían hacerlo, estrategias para las vacaciones de invierno. «Serán tres semanas fuertes que si no les ofrecés promociones, difícilmente el mendocino salga a pasear o a descansar con la situación económica actual», reflexionó.
Al mendocino le gusta ir a comer al Valle de Uco
El Valle de Uco es otro de los sitios turísticos elegidos para despejarse, pero, a diferencia de lo que ocurre en Potrerillos o Cacheuta, la zona está adaptada a un turista extranjero. De hecho, los precios de varios de sus hoteles, cotizan en dólares.
“El 80% del visitante que llega al Valle es de origen extranjero. El mendocino, por lo general, viene por el día y a disfrutar lo gastronómico”, manifestó Diego Stortini, presidente de la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Turismo de Tunuyán.
De cara a la realidad que afronta el sector, el empresario recalcó: «El impacto económico no se detiene con la excepción del turismo interno, ya que, en el caso de los restaurantes sólo se habilita el 50% del salón y durante los fines de semana la ocupación ha llegado al 30%, de ese 50%.»
“La sustentabilidad del sector está en juego y estimamos que a fines de este año 4 de cada 10 locales cerrarán sus puertas definitivamente”, aseveró Stortini.
Sobre la realidad de los hoteles y cabañas en el Valle, Stortini manifestó que: «De 21 espacios relevados, el 19% aseguró haber abierto sus puertas, es decir, 4 establecimientos. En tanto, el 81% restante (17 locales) permanecieron cerrados».
«De esos que abrieron, la ocupación habitacional fue muy baja, casi nula en los hoteles y un 30% en las cabañas, en promedio», agregó.
“Es muy dura la situación en esta área turística que, por lo general, era ocupada por turistas nacionales e internacionales. De hecho, hay tres o cuatro importantes hoteles de renombre que decidieron no abrir sus puertas porque no les conviene, sus tarifas se abonan en dólares y el mendocino no está dispuesto a pagarlo”, añadió
Respecto a las estrategias que aplicarán para conquistar al mendocino, el empresario afirmó que «es un cliente conquistado, muy frecuente en la zona. No creemos que sean necesarias estrategias porque la relación no es de ahora sino de siempre”.
Las bodegas, con menúes para mendocinos
Son los sitios más elogiados y visitados por los turistas nacionales e internacionales. Sin embargo, el propio mendocino asegura que es uno de los lugares a los que no puede acceder por sus elevados precios.
Frente a la pandemia, los bodegueros también apelan a la reinvención y algunos decidieron reconquistar al cliente local a través de un menú pensado para el mendocino, con un costo de $1.200. La promoción se extenderá hasta el 31 de octubre y también incluye un menú infantil a $550.
El almuerzo o cena consta de tres pasos: entrada, plato principal y postre más café y, además, incluye la degustación de dos o tres vinos, depende de la bodega.
«Lo que hicimos fue adaptar los precios del menú al bolsillo del mendocino y, para ello, apelamos a insumos más económicos, pero de muy buena calidad. Los mismos son comprados a proveedores locales de Uspallata, San Carlos, Tunuyán, entre otros», contó Alejandra Gil Posleman, gerente de Rosell Boher Lodge, una de las bodegas participantes.
La empresaria resaltó que en el lugar no sólo está el menú para mendocinos sino que siguen ofreciendo los otros platos, con costos mucho más elevados que van de los $2.500 hasta por encima de los $4.000.
«Lo que varía acá no sólo es la materia prima, cuyos productos son todos importados, sino también la línea de vinos y espumantes, que son exclusivos de la casa», contó Gil Posleman.
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