San Rafael, Mendoza martes 23 de abril de 2024

Apicultura: algunas pautas para la suplementación proteica

En los últimos años, y con mayor frecuencia, los apicultores administran suplementos nutricionales a las colmenas. Entre ellos, los del tipo energético, a base de azúcar común o el jarabe de alta fructosa, que ya forman parte del manejo de la mayoría de los productores de la región.

Esta práctica era impensada hace 35-40 años, emergiendo como resultado de los cambios tecnológicos y ambientales que atravesamos. El ambiente se transformó notoriamente, disminuyendo la diversidad vegetal e impactando en las curvas de floración, en las expectativas de rinde y en el manejo de las colmenas, entre otros aspectos. 

La necesidad de administrar “energía” a las colonias en forma artificial, se resolvió en gran parte y hay grandes avances en su manejo. Hoy disponemos de productos accesibles, económicos y los productores cuentan con suficientes conocimientos para su utilización.

Sin embargo, respecto a la suplementación proteica (SP), hay un largo camino por recorrer. El polen ingresado por la recolección natural por las abejas es complementado artificialmente con diferentes fuentes proteicas. El polen no solo ofrece proteínas, si no también vitaminas, minerales, lípidos e hidratos de carbono. El suplemento proteico que se administre a una colmena, por ejemplo las conocidas tortas proteicas, también adicionarán los otros nutrientes mencionados. En este artículo simplificaremos al referirnos solo de proteína.

El presente trabajo tiene como objetivo señalar criterios generales a considerar previo a la elección y utilización de un suplemento proteico. Puntualizando las condiciones necesarias a tener en cuenta para que la implementación de esta práctica sea exitosa.

La producción de miel en el sur de Santa Fe puede requerir la SP, en términos generales, en dos momentos particulares. Al comienzo o al final de temporada apícola. El criterio se basa en la curva de floración típica que nos muestra la oferta de polen y definirá el manejo general e indudablemente el nutricional. Por otro lado, deberemos conocer los requerimientos de proteína de las colonias. Los mismos son más altos cuando hay presencia de estados inmaduros, por ello los niveles de demanda de polen van a estar principalmente ligados a mayor cantidad de cría.

La SP al comienzo de la temporada (fines del invierno-principio de la primavera) es requerida debido al desacople de las necesidades de la colmena (alta) y la oferta del ambiente (baja). Este desacople puede verse exacerbado si se “adelantan” los tiempos de la colmena y la misma es estimulada para llegar con mayor población en forma temprana, por ej. para multiplicar o aprovechar una floración determinada.

La SP al final de la temporada, tiene como objetivo construir las reservas corporales de la abeja de invierno. Los últimos ciclos de cría, previo a la invernada, deben tener acceso a dietas con adecuados niveles proteicos. Estas abejas nacidas en este periodo tendrán reservas corporales que les condicionará la longevidad. La duración prolongada de la vida permitirá que muchos individuos pasen el invierno y comiencen la primavera cumpliendo tareas de nodrizas. Por ello, con buenas reservas las abejas de invierno paulatinamente se irán renovando por las nacidas en la nueva temporada. Es conocido que los tenores proteicos de los pólenes de fin de temporada suelen ser inferiores y ello hace que la “calidad” deficiente pueda justificar aún más recurrir a suplementar en este momento. Un año de altos rindes junto a otros factores de stress en la colmena, disminuyen el “status proteico” de las abejas y pueden hacer razonable ingresar proteína adicional a la colmena.

En ambos momentos del año apícola, la SP no se justificará desde el punto de vista económico-productivo, si no hemos realizado de manera organizada y coordinada una serie de actividades de manejo, sanidad, nutrición y gestión. Algunos aspectos a tener en cuenta son:

  • Momento oportuno: Colocar las tortas proteicas a fin de temporada coordinadamente con otras actividades. Realizar el bloqueo de cámara y adecuado monitoreo y control de varroosis son el punto fundamental para aprovechar el polen disponible por las últimas generaciones de abejas de la temporada. Ese periodo de tiempo puede requerir la SP, si la entrada de polen natural es deficiente. Es común el error de administrar el SP cuando ya se ha formado el bolo invernal y no fue coordinado con las otras actividades de cierre de la colmena. Esta situación será contraproducente, ocasionando el estimulo artificial a las colonias, aumentando la cría,  con el consiguiente gasto adicional de la colmena. El efecto será un descenso de las proteínas corporales de las abejas en vez de aumentarlo.
  • Sanitario: La varroosis produce el descenso de las reservas proteicas y la reducción de la longevidad de las abejas. El monitoreo y tratamiento oportuno deben ser indispensables antes de mejorar la oferta proteica. Las colmenas que no poseen un adecuado manejo sanitario y tienen prevalencias altas de este parasito tendrán una respuesta deficiente a las tortas proteicas.
  • Edad de las reinas: Recambiar las reinas de manera organizada cada 2 años. La estimulación de las colmenas en el inicio de la temporada puede ser contraproducente con reinas de varias temporadas. Las mismas al ser estimuladas para una mayor ovipocisión pueden no responder a dicha exigencia y ser eliminadas por las obreras. El recambio aleatorio e inoportuno estará en dirección opuesta a nuestros objetivos productivos. Por ello, el proposito inicial de llegar con colmenas densamente pobladas en un periodo anticipado, se verá truncado.
  • Registro: Los antecedentes de las colmenas a suplementar deben ser conocidos. Registrar el manejo general, intervenciones nutricionales y sanitarias. La importancia de este aspecto es fundamental y a través de los años puede ser un elemento de gran peso para la toma de decisiones. El clima nos generará variabilidad productiva difícil de incidir, pero la información recopilada es vital para manejar variables y errores evitables.
  • Curvas de floración: Conocer la oferta de polen y néctar de nuestro apiario. La intervención que realicemos con la SP será mucho más eficiente si tenemos claro cuándo y cuáles especies aportan polen, de manera de inferir calidad y diversidad de este alimento a lo largo de la temporada apícola.
  • Tamaño de la colmena: Las colmenas deben estar bien pobladas. Colonias que al comienzo de la temporada estén despobladas no serán las indicadas para exigirlas con suplementos, sobretodo ante condiciones climáticas  adversas.

El forzar las colmenas a mejorar la producción de forma desequilibrada entre energía y proteína disponible, impactará negativamente en nuestro establecimiento. No solo por mayores gastos, sin resultados. Si no, porque generaremos alteraciones en las colonias que serán aprovechados por enfermedades oportunistas.

Finalmente, dejar claro que no hay mejor alimento proteico que el polen natural que obtienen las colmenas. Los SP vienen a colaborar ante deficiencias de calidad y/o cantidad de polen, frente a las exigencias productivas.

El tema abordado es complejo y debe ser analizado minuciosamente en la planificación anual del establecimiento. Aquí se expresan lineamientos generales que deberán ser ampliados con su técnico de confianza antes de incorporar esta práctica.

Fuente:https://inta.gob.ar/noticias/apicultura-algunas-pautas-para-la-suplementacion-proteica

 

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