La Provincia evalúa el estado del yacimiento de sales de potasio ubicado en Malargüe. Se trabajan aspectos legales del contrato.
El Gobierno oficialmente indica que está terminado el “due diligence”, es decir una especie de auditoría de compra completa, para determinar la situación actual del yacimiento de sales de potasio que está en manos de la minera brasilera Vale en el extremo sur de Mendoza, en Malargüe.
Ahora están en la evaluación final de esa auditoría y la “ingeniería legal” del contrato de traspaso del yacimiento a la provincia. Nadie se anima a poner plazos concretos para la firma de ese contrato, pero se trabaja a contrareloj para que a más tardar en tres meses se firme ese documento final y la Provincia podría disponer del yacimiento.
El proceso en marcha, implica que en varias áreas del gobierno y también en Vale, están analizando punto por punto los resultados de la “due diligence” e incluir todos los recaudos en el texto final del contrato. En esa auditoria, están contemplados la totalidad de los activos y pasivos del emprendimiento, los juicios laborales, los estudios geológicos que ofrecen la viabilidad del yacimiento, información contable, legal y judicial, operativos y hasta los ambientales y de mercado para analizar las perspectivas del potasio en el mercado nacional y regional.
-Ya saben qué hay y qué no. ¿Pueden estar firmando en dos o tres meses?- consultó Los Andes.
-El diablo está en los detalles. La burocracia en los dos lados puede ser pesada, Vale es una empresa enorme y el Gobierno provincial tiene muchas limitaciones legales; pero es posible que si- respondió el subsecretario de Energía y Minería Emilio Guiñazú.
La prudencia reina porque ahora se discuten hasta las comas de ese texto que firmarán los representantes de ambas partes, previa aprobación del gobernador Rodolfo Suárez y de los directivos de la minera. Luego Suárez firmaría un decreto que debería ser ratificado por la Legislatura. Ese proceso es el que se se está llevando en el más estricto hermetismo.
En agosto de 2018 el organismo antimonopolio de Brasil autorizó la venta de la división fertilizantes de Vale a The Mosaic Company, uno de los principales productores de nutrientes concentrados de fosfato y potasio. Pero el yacimiento de Mendoza no entró en la operación y sigue en manos de la empresa brasileña.
“Vale vendió su división de fertilizantes y está enfocada en sus negocios tradicionales, el hierro principalmente. Hay una oportunidad de capitalizar y buscarle socios para llevarlo adelante.
Ese dato es el que entusiasma en que se puede llegar a buen puerto, puesto que Vale hoy tiene un activo que está fuera de su órbita de trabajo. Aún así, reina la prudencia para no meter ruido en la negociación final.
En el Gobierno hay más comodidad a la hora de hablar del futuro, del día después de que se firme el convenio, se publique el decreto de Suárez y se apruebe la vuelta del yacimiento a la jurisdicción del Estado provincial.
“La idea es que la Provincia se quede con una participación del proyecto, no es desprenderse del 100% de esto, porque tiene un potencial gigantesco. La idea es buscar un socio para esta etapa y en la medida que vaya creciendo, a lo mejor se puede incorporar otro socios que pongan plata y know how. En todos los casos queremos que corran con el Estado en los riesgos”.
El análisis es que el mercado global de las sales de potasio está deprimido, aunque a nivel regional hay chances para crecer. “Hay poca demanda, pero es más caro el precio que se paga en los países de la región, como Argentina, Uruguay y Brasil, que el internacional”, explicó Guiñazú, para indicar que China sigue poniendo las condiciones globales para el producto: mientras que en la región se paga 400 dólares la tonelada, el valor global es de 250 dólares.
Así es que hoy el viejo proyecto de la minera Vale, más aún con las restricciones que impone la pandemia, quedó en el olvido para el Gobierno. “Sabemos que un proyecto de 4.500 millones de toneladas, 2.500 millones de dólares de inversión y un ferrocarril en la Argentina de hoy no tiene mucho sentido; mientras que el de 200 mil toneladas, que requiere 200 millones de dólares, que usa el 80% de la infraestructura existente, que se puede aprovechar, mercado local y regional, con un costo de logística más barato; si a eso le agregamos la soda solvay, el proyecto empieza a ponerse interesante”, dijo Guiñazú.
Petróleo, potasio y soda solvay
El proyecto de sales de potasio que impulsará el Gobierno será más chico, pero con la intención de trabajar en sinergia con otra iniciativa que se desarrolla en Malargüe, en Pata Mora: el parque de servicios petroleros de Pata Mora. Pero además, viene con una vieja promesa que se agita en el sur mendocino: la creación de una planta de soda solvay, un producto que es demandado en la industria del vidrio.
“Una de las materias primas de la soda solvay es un subproducto del potasio, el cloruro de sodio y en el departamento está la otra, el carbonato de calcio, es decir calcita”, explicó Emilio Guiñazú.
La industria del vidrio tiene una relación íntima con la vitivinicultura. En Mendoza se demandan 60 mil toneladas de soda solvay, mientras que en el norte argentino la demanda otras 100 mil toneladas.
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