El destacado deportista mendocino contó cómo transita los días entrenando fuerte y disfrutando con su hijo Valentino tras regresar de Europa.
El mendocino Gastón Alto es uno de los principales jugadores de tenis de mesa del país. En agosto de 2019 obtuvo dos medallas de plata en los Panamericanos de Lima (en dobles y por equipos), y aunque el equipo nacional no consiguió la ansiada clasificación a Tokio, sigue con el objetivo de cumplir el sueño olímpico.
Con un amplio recorrido, tanto a nivel nacional como en el ámbito internacional, entre sus logros más destacados están sus cinco participaciones en los Juegos Panamericanos, donde totaliza cuatro medallas, tres por equipos y una en dobles. El año pasado, en noviembre, la Federación Internacional de Tenis de Mesa (ITTF, por su sigla en inglés) celebró la séptima edición de los premios Star Awards en Zhengzhou, China, y Gastón se destacó entre los nominados al Star Point, premio que se otorga al mejor punto realizado en la temporada, por uno logrado en el torneo Panamericano de Paraguay ante el brasileño Vitor Ishiy. Un mes más tarde, se sumó a la lista de deportistas mendocinos que han obtenido el Olimpia de Plata en su disciplina, al ser elegido el mejor representante de tenis de mesa de 2019 a nivel nacional, durante la tradicional entrega del Círculo de Periodistas Deportivos de la Ciudad de Buenos Aires.
En marzo, Alto se encontraba en Polonia jugando un torneo que suma puntos para el ranking mundial. “En la mitad, la competencia se suspende por el coronavirus y nos avisan que posiblemente al otro día cerraban la frontera. Así es que agarramos el auto que habíamos alquilado y esa noche viajamos rápido de regreso a Alemania. Cruzamos Polonia, República Checa, Austria y llegamos a Alemania, y entre la Federación Argentina de Tenis de Mesa y el ENARD se encargaron de los deportistas de tenis de mesa que andaban por Europa. Éramos unos diez en distintos países. Nos cambiaron los pasajes y volvimos al día siguiente”, relató.
En Europa, el mendocino tenía intenciones de prepararse para el preolímpico que se jugaría desde el 15 de abril en Rosario. Allí buscaría la clasificación para Tokio, pero debió regresar y el 15 de marzo ya estaba en Mendoza.
Gastón trabaja junto a Pablo Stharinger y Ariel García ,que son sus preparadores físicos. Los entrenadores técnicos son su hermano Matías y Gustavo Levisman, ambos entrenadores del seleccionado argentino.
En este período de aislamiento, el tenismesista explicó que trata de ser muy ordenado con los horarios y tener una rutina para entrenar. “Me pude traer materiales para hacer la parte física: conos, escalera, pesas. Así es que tengo una rutina que me han dado los profes, que la hago una o dos veces por día, dependiendo. Tengo una mesa y un robot que tira pelotas”.
Desde hace años viaja mucho por su carrera deportiva, por lo que esta cuarentena la vive de otro modo. “Al pasar mucho tiempo afuera, disfruto otras cosas de estar en casa. Me pongo a limpiar, a ver películas, series y estoy con Valentino, mi hijo. Lo ayudo con las tareas y la verdad es que no la paso nada mal”, comentó, y agregó: “Le gusta pintar, dibujar, jugamos a la pelota, al tenis de mesa, con sus juguetes, autitos, muñecos, etcétera, al yenga y, antes de dormirnos, por ley tengo que jugar a hacerle cosquillas –se ríe–m si no, no podemos acostarnos”.
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