Hace 20 años, más o menos, para la juventud de ese momento (quien escribe levanta la mano) los mayores íconos del rock o del mundo de la moda no tenían un aspecto muy saludable que digamos y vivían una vida descontrolada. Personas como Kate Moss (modelo famosa por sus excesos y por su aspecto anoréxico y enfermo), Johnny Deep (con su botella de whisky al lado siempre) o Kurt Cobain (con su maravillosa música, pero también con su adicción a las drogas) era personajes comunes para nosotros y en cierta manera no lo veíamos como algo muy malo.
A pesar de que, particularmente, nunca fumé y de que tampoco me sentí atraída por hacerlo, muchas veces me sentí un poco paria al ir a bailar y no hacerlo, o al no consumir alcohol. En aquella época era “normal”.
Ni hablar si vamos más atrás en el tiempo y vemos esas carreras de Fórmula 1 de los 70´s auspiciadas por una famosa marca de cigarrillos, o ver en los partidos de fútbol a los entrenadores fumando, o a algún que otro jugador fumando en entrevistas. Hoy esto sería algo impensado…, al menos de manera pública.
Algo cambió sin dudas, y se ha dado debido a varios factores. Uno de ellos es que descubrimos que el microondas no tan genial como pensábamos, que el teflon daña nuestra salud y que los transgénicos no nos simplifican la vida, sino que son poco convenientes. Con esto quiero decir que hay un aprendizaje del consumidor sobre qué es lo que está llevándose a la boca. Cada vez más lee las etiquetas, se informa, piensa y rechaza productos de alto contenido de azúcar, sal o conservantes.
El aumento de personas que se inclinan al vegetarianismo y veganismo ha sido así no sólo por un deseo de mejorar la salud, sino también de una toma de conciencia sobre la explotación animal y del cuidado del medio ambiente. Además la medicina en los últimos años ha derribado muchos mitos relacionados con la “necesidad” de comer carne, que ha sido promovida en su momento por la industria matarife.
Es por todo esto que hoy nos encontramos ante un nuevo consumidor de alimentos que tiene conciencia, que piensa sus compras, que se inclina por productos con menos conservantes, más naturales, que duren menos en la alacena, pero que no tengan muchos químicos.
La consultora Nielsen confirma esto. A datos del 2018, en América Latina, el 17% de la canasta familiar corresponde a productos saludables, con países como Brasil, Chile y México creciendo a una tasa superior al 8% anual 3 en esa categoría. En Argentina, 7 de cada 10 personas reconocen un “alto nivel de preocupación” por su salud y bienestar, con un 31% poniendo especial énfasis en la alimentación.
Una empresa que ha visto esta tendencia y se está adaptando es para mí, Granja del Sol, que (famosa por sus patitas de pollo frizadas), ha incursionado desde el año pasado en este nuevo mercado con sus hamburguesas “veggies”.
Por otro lado, en Europa tanto McDonald´s como Burger King han sacado a principios de este año sus hamburguesas vegetarianas como una manera de ir abriendo el camino en el mundo de los que no consumen carne y entrando a un mercado en amplio crecimiento, así como han ido modificando también sus menúes para tener opciones más saludables que 20 años atrás. (menos sodio, menos fritos, mas ensaladas, etc)
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Mg. Alejandra Kindzersky
Investigación de Mercados – CraneandoT
Por: El Solcontacto@elsol.com.ar
Fuente:https://www.elsol.com.ar/la-vida-saludable-como-tendencia-de-consumo
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