El Gobierno decidió apurar el tratamiento de la reforma judicial, que será debatida en sesiones extraordinarias, el mes que viene, según acordaron ayer Alberto Fernández y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero , con los jefes parlamentarios del Frente de Todos en la Cámara de Diputados, Sergio Massa y Máximo Kirchner. Fueron dos reuniones por separado, con el mismo objetivo. El Presidente almorzó durante dos horas con Máximo Kirchner, presidente de la bancada del oficialismo, mientras que el jefe de Gabinete recibió a Massa, presidente de Diputados.

«Hablaron de la agenda parlamentaria y también de cuestiones de gobierno. Hicieron una suerte de balance del mes», contaron a LA NACION en el entorno del Presidente. Ni en la Casa Rosada ni en la bancada oficialista de Diputados informaron si también se había hablado del cortocircuito que el secretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, protagonizó con Fernández. «Alberto ya lo dio por superado», dijeron sus colaboradores.

El Gobierno definió además que la creación de un Consejo Económico y Social será parte de la agenda de extraordinarias. Lo que aún resta decidir es el cronograma de sesiones en el Congreso.

El grueso de la agenda quedaría para febrero. Además de la reforma judicial y de la creación de un Consejo Económico y Social, el Poder Ejecutivo pretende que se debata la eliminación de las jubilaciones de privilegio de jueces y diplomáticos, y que se avance con la ley de góndolas y con la ley de alquileres. Estas dos últimas cuentan con media sanción.

En la Casa Rosada saben que la reforma laboral va a generar un fuerte debate con la oposición. Fernández reiteró esta semana que intentarán «alterar la lógica» de funcionamiento del fuero federal, pero no dio más detalles de la iniciativa. Esa discusión va a converger con el debate por el pliego de Daniel Rafecas, candidato para el Gobierno a la Procuración General, que llegará al Senado a fines de mes.