Es un espacio interdisciplinario y transversal que persigue un único fin: casas sustentables y contemporáneas. El rol fundamental que juegan el Estado, el sector privado y el sector científico-académico.
Una de las premisas instaladas por el actual ministro de Planificación e Infraestructura Pública en su comienzo de gestión fue el desarrollo de viviendas sustentables, no sólo desde lo ambiental sino también desde lo económico.
Por este motivo es que ya se está trabajando en un rediseño funcional del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), con la creación de un laboratorio transversal que permita tener nuevas prácticas y otras bases.
“El laboratorio de vivienda tiene que ver con investigar permanentemente sobre nuevos materiales y construcciones más eficientes, por costos y tiempos. También aborda el sistema de pago y cobro de cada casa, de tal forma que cuando se entregue un barrio el recupero nos permita pensar en uno próximo”, manifestó Mario Isgró.
El laboratorio estará conformado por científicos, arquitectos, ingenieros y demás profesionales que quieran trabajar –de hecho ya lo están haciendo- en la investigación permanente de la temática de vivienda y hábitat. Uno de los principales objetivos es rediseñar con inteligencia la logística del emplazamiento de barrios, conjuntos habitacionales y viviendas individuales.
Básicamente se intentará llegar a viviendas eficientes, donde sus costos estén en equilibrio con el tiempo de construcción y confort de habitabilidad. Actualmente se están construyendo casas de proyectos antiguos, con materiales tradicionales.
Uno de los ejemplos de eficiencia más recientes se dio en las últimas entregas de viviendas. Los techos de las casas estaban hechos con placas de termopanel, lo que implica disminuir en casi 5 grados la temperatura interna. Si bien es una acción puntual, el objetivo es avanzar en otros componentes de la vivienda que la hagan cada día más sustentable.
“El laboratorio es fundamental transversalizarlo con las ramas académicas y científicas de Mendoza. La convocatoria es amplia. Por ejemplo, hace unos días nos reunimos con los integrantes del Centro Científico Tecnológico del Conicet, que tiene un staff de amplios conocimientos”, detalló el ministro.
El IPV ha sido una institución muy buena en su fin pero actualmente tiene procesos que necesitan ser renovados. Por eso se cree que dicho laboratorio es una parte práctica de esa reformulación, con el mismo recurso humano pero con una dinámica distinta: “Necesitamos casas con materiales industrializados que nos ayuden a reducir costos y tiempos de obra. Con el aporte de la investigación y la ciencia aceleraremos estos procesos. Hay un triángulo comprobadamente eficiente que es que el Estado tiene la operatividad, el privado aporta los recursos y la academia sus conocimientos”.
El ejemplo de Junín
Cuando se habla de viviendas sustentables automáticamente se piensa en el modelo de construcción que implementó el municipio de Junín con ladrillos de plástico reciclado.
Si bien es algo que aún no se ha logrado implementar en el resto de los municipios de Mendoza, es una nueva tecnología constructiva que se quiere empezar a instaurar. La idea es que las academias sean formadoras de capacitación de las empresas.
Otro punto a trabajar en el ámbito de la vivienda y los municipios es en la unificación de los códigos de edificación. Una medida que permitiría agilizar todos los procesos, tanto del IPV como del sector privado.
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