Sí, me da pena. Empiezan los frutos a madurar  en San Rafael. En las fincas. En las quintas, los patios, las calles, las avenidas, las rutas, los parques… Nos vemos rodeados de moras que caen, damascos que caen, deliciosas ciruelitas…que caen. “El damasco no tiene precio…¡Que se pudra!” “Las moras ensucian todo”–dicen-  barriendo las veredas con asco y agregando indefectiblemente, que cuando puedan,  harán cortar esos sucios árboles“¡Puaj!” “¿Y esas ciruelitas ácidas que son un vejestorio frutal? Sí, las Mirabolan! Esas…!!!” Una porquería! No se pueden ni comer!!” –Ajá..Mirá vos… “¿Nunca comiste un Chutney de esas mirabolán con pollo o cerdo? Metete y aprendé de los tutoriales, te vas a chupar los dedos y hasta te ponés a elaborar chutneys de manzanas, de ciruelas de todo tipo y de peras.

Y así en las calles como en muchas fincas con quintas abandonadas, o en las fincas en que se dejan pudrir determinados cultivos..por esto de que, repito, se debe observar nada más que en un país como el nuestro, en que hay falta de trabajo y  hay hambre …la comida se deja pudrir y el trabajo “se deja pasar” aduciendo una diatriba de “No se puede porque, bla, y bla y blá”. Y no hay elaboración de lo comestible y hasta se lo mira con desprecio.

Les aseguro, ésta historieta es cosa de todos los días por estos pagos y  el desperdicio del alimento es una contradicción, así como es un delirio, que muchas frutas se tiren y no se elaboren aunque sea en casa, con una paila y una hornalla de cocina, como un producto gourmet.  Tal el caso de todas las posibilidades que ofrece el damasco (si querés, llamalo albaricoque que queda re fino). Una fruta que es fundamental en países desérticos. Que si no tenés plata para hacer dulce por los costos de frascos y del azúcar, lo secás o lo hacés amasado en planchas que duran una eternidad y son un alimento de primera línea.

Me revuelve el estómago que no existan políticas públicas, legisladas, que ayuden y enseñen a salir de pobres a familias enteras con la elaboración de frutas que tienen al alcance de sus manos. Pero ¡Ojo! que con campañas donde los señores y las señoras que se sientan en las bancas hagan  seguimiento, con cursos de apoyo y  que no queden en esos proyectos de morondanga que después quedan cajoneados en el HCD. Digo Politicas de Estado de verdad. Que impliquen trabajo, con resultados prácticos. Y que sirvan, che.  Donde se hagan estudios de mercado y éstos logren orientar a los que se ponen a revolver la paila de la mañana a la noche.

Ejemplos de éstas políticas, hay a montones. Es solo meterse en internet y encontrar a pueblos que sólo viven de la elaboración casera del damasco. Y otros que han hecho fortunas a partir de aprovechar los membrillares y manzanares haciendo dulces y bombones que son  delicatesen. Y si no, navegá y conocé a los  Hunza, una tribu del norte de la India , cuyos integrantes no se enferman y viven hasta los 120 años o más y comen damascos.

Ah! ¿Me decís que has ido a la muni y  que no te han dado bola? ¿Que nunca te atendieron…? Y bueno, movete. Insistí. ¿Que necesitás plata? Apelá a los microcréditos, como los que impuso el emprendedor social , banquero, economista y líder social Muhamad Yunus, nacido en Bangladesh, al que condecoraron con el Premio Nobel de La Paz por desarrollar el Banco Grameen.  Un recurso puesto en valor en la Mendoza en épocas del Libro Verde (¿Se acuerdan del famoso libro de Bordón) Te daban una platita, por ejemplo, para comprar  una bolsa de harina. Te juro que les hice notas  a varias panaderías barriales donde se hacía cola para conseguir el pan a bajo costo ¡Y  comenzaron con una bolsa de harina!

¿Y  qué me decís de una dulcera como Emma, la de la Villa 25 de Mayo que trabaja todo el día en su casa y desde hace años vende dulces en los vagones del la Estación de Ferrocarriles?

Cuando veo las frutas pudrirse a la vista de todos los que pasan y las esquivan para no ensuciarse los pies, de inmediato veo a los que se lavan las manos sentaditos en el HCD y les esquivan a las salidas creativas para ayudar a la gente a aprender a trabajar con los frutos que en San Rafael, hasta pueden conseguirse gratis. Esto, te juro,  me pone verde!!!

Periodista Profesional-Matrícula nº 12.384 Act.-Ley 12.903
Profesora de Portugués Egresada del Instituto Superior de Fundación Brasília de la Ciudad de Mendoza