San Rafael, Mendoza jueves 25 de abril de 2024

El Cementerio Chino de La Habana – Por.Beatriz Genchi

Muy cerca de la patrimonial y exuberante Necrópolis de Colón en la ciudad de La Habana, hay otro camposanto que bien vale una visita por su interés histórico y tradicional: el Cementerio Chino. ¿Un gran sitio de enterramiento de chinos en la isla del Caribe? Pues sí, allí hubo una importante colonia asiática y quedan muchos descendientes aún.

En el siglo XIX muchos chinos fueron contratados para trabajar en Cuba en duras condiciones, equiparables a los de los negros esclavos, con la diferencia de que los asiáticos eran legalmente libres. Entre 1847 y 1874 llegaron unos 150 mil, sobre todo hombres.

El camposanto fue construido por el arquitecto Isidro Rivas. Se supone que la intención de realizarlo estuvo desde 1868, pero finalmente no se logró inaugurarlo hasta 1893. A pesar de que el Cónsul Liu insistió en que ese derecho lo tenían otras colonias extranjeras en territorios españoles, como los inmigrantes ingleses y norteamericanos, por alguna razón la Iglesia Católica no quería un cementerio chino en Cuba y retrasó el proyecto más de diez años. Al final cedió con la condición de que se admitieran y coexistieran en los sepulcros símbolos cristianos.

En La Habana llegaron a vivir unos 35 mil chinos a inicios del siglo XX. Hoy esa colonia no existe, originarios apenas quedan unas decenas, muy ancianos, pero sí hay muchos descendientes.

Es uno de los pocos en el mundo con sus características, es un ejemplo genuino de la historia de esa civilización en Cuba y América. Tienen derecho al camposanto los naturales de China, así como sus cónyuges y descendientes hasta la segunda generación. Caminado por él notamos la coexistencia de signos chinos y cruces cristianas.

Esta construcción civil posee un gran valor histórico, y los cubanos la consideran Monumento Nacional desde 1996. Es muy apreciada por investigadores del tema, pues allí, en chapas metálicas, se consignan (en español y chino) los nombres de las principales familias asiáticas en Cuba, sus estatus y fechas de residencia en la isla.

A lo largo del área se distribuyen capillas, obeliscos, bóvedas y cenotafios conocidos como “muritos chinos”. En todos se aprecia su bella caligrafía, dibujos de grullas, dragones, leones y las emblemáticas construcciones de techos de tejas a dos aguas

Si tiene suerte presenciará en el camposanto asiático curiosos rituales. La filosofía china está presente en la forma de enterramiento, pues muchos de ellos se realizan en tierra. El difunto consigna en testamento cuáles plantas quiere en su sepultura y la disposición, que puede ser alrededor o encima del montículo. La siembra y cuidado de las plantas es un símbolo de la salud espiritual y la elevación del alma del difunto y asegura el bienestar de sus familiares. Al año de enterramiento, pueden ser cortadas si así lo deseó el muerto. Durante la celebración del Año Nuevo Lunar o el Festival de Ching Ming, fiestas chinas, y la cristiana de los fieles difuntos, en ese cementerio los chinos y sus descendientes queman incienso, sándalo y dinero falso, además de llevar alimentos para ofrendar. A veces se ven a más de doscientas personas (no necesariamente chinas) en esa tradición que dicen que trae suerte. Sobre las tumbas y monumentos despliegan el banquete que, como símbolo de transculturación cubana, incluye además del arroz (comida muy popular en China), ron, pollo y el cubanísimo cerdo asado.

Son días también en los que las familias realizan homenajes en un monumento dedicado a los chinos que lucharon en la guerra de independencia cubana. La placa adosada a un monolito de negro mármol, asegura:

“No hubo un chino cubano desertor, no hubo un chino cubano traidor”.

Gentileza> Beatriz Genchi -beagenchi@hotmail.com

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

 

 

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