San Rafael, Mendoza lunes 23 de diciembre de 2024

El Grupo de Puebla arropa a Alberto Fernández como líder del “giro progresista regional”

Dilma Rousseff, Alberto Fernández y Ernesto Samper saludan durante la apertura del segundo encuentro del Grupo de Puebla, este sábado en Buenos Aires.Dilma Rousseff, Alberto Fernández y Ernesto Samper saludan durante la apertura del segundo encuentro del Grupo de Puebla, este sábado en Buenos Aires.

Los dirigentes de la izquierda reunidos en Buenos Aires celebran la libertad de Lula da Silva

Alberto Fernández tuvo su baño de izquierdas. Como anfitrión en Buenos Aires de la segunda reunión del Grupo de Puebla, el presidente electo de Argentina recibió la “antorcha del progresismo latinoamericano”, como le dijo el expresidente de Colombia, Ernesto Samper. Lo arropaban otros exmandatarios, entre ellos Dilma Rousseff y el paraguayo Fernando Lugo.

Las estrellas que dominaron la escena política regional durante el inicio del siglo están de vuelta. Y llenos de optimismo, después de “años en los que estábamos agobiados porque pensamos que el conservadurismo había llegado para quedarse”, afirmó Fernández, proa de un giro ideológico que avizoran indetenible tras la llegada al poder de López Obrador en México y, ahora, del kirchnerismo en Argentina. La apertura, este sábado, de las reuniones del Grupo Puebla tuvo también un protagonista ausente, el recién liberado Lula da Silva. El brasileño envió un saludo grabado desde Brasil, en el que insistió en que su compromiso será ahora “construir una América Latina grande”.

La libertad de Lula da Silva en la víspera le dio un impulso inesperado. La sintonía entre Fernández y Lula es inocultable. El líder peronista lo visitó en la cárcel durante la campaña, incluso contra aquellos que le advirtieron de los riesgos de azuzar la ira del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. “Estuve una hora con Lula. Venían los guardias para decir que se acababa el tiempo y Lula los retaba. Me dijo dos o tres veces “Voce tem que ganhar na Argentina”. Cumplí, Lula, gané en Argentina y vamos a poner a Argentina de pie. Feliz estoy de que Lula esté libre”, afirmó Fernández.

El brasileño devolvió el cumplido a la distancia: “Cuando vi que Fernández había ganado, sentí que yo había ganado en Brasil (…) Estoy libre, con muchos deseos de luchar. Tengo el objetivo en la vida de constituir una integración regional muy fuerte”. La expresidenta Dilma Rousseff destacó la importancia política de esta nueva conjunción de líderes. “Lula libre, pudiendo andar por Brasil, puede construir la vuelta a la democracia y la paz. Y la elección de Alberto cambia las condiciones, porque revierte la ola conservadora” en la región.

Hasta donde se detendrá esa ola es por ahora fruto de especulaciones. El Grupo de Puebla considera que las revueltas en Chile son evidencia de un pueblo “que se levantó contra la desigualdad”, pero al mismo tiempo considera que Bolivia enfrenta a “una clase dominante que no resiste que el poder esté en manos de un presidente que se parece a los bolivianos”, como dijo Fernández. Será clave la relación entre Argentina y Brasil, condicionada por el apoyo público que el presidente electo de Argentina da a Lula.

En la previa de la reunión, el colombiano Samper consideró que es posible una integración regional, las dos palabras que más sonaron este sábado en Buenos Aires, que prescinda de Brasil. “Brasil ha decidido bailar con otra”, apuntó, en referencia a Estados Unidos. Pero la dependencia económica que tiene Argentina con su socio mayor del Mercosur supone un límite al optimismo del colombiano. Fernández puso más tarde blanco sobre negro. “La unidad entre Brasil y Argentina es indisoluble, ningún gobierno de coyuntura lo puede arruinar, es el eje de la unidad de América del sur, entre los dos tenemos el 70% del PIB sudamericano”, aseguró.Ver imagen en Twitter

Alberto Fernández reveló que en la mañana del sábado había mantenido una “espléndida” conversación de “casi una hora” con el presidente de Francia, Emmanuel Macron. “Hablamos de los problemas del continente. Y sentí que Macron entendía lo que pasaba en Bolivia, y le conté lo que pasa en Chile, y le dije que el milagro chileno es que no se hubiesen rebelado antes”, dijo Fernández. La conversación fue la respuesta natural a una carta que Macron envió a Fernández el 30 de octubre, donde lo felicita por su triunfo electoral y le dice que le “complacería mucho recibirlo en Francia en cuanto su agenda lo permita”. “Su visita será una oportunidad para destacar la riqueza que entraña la relación entre nuestras dos naciones”, escribió el presidente francés. El viaje a París está en agenda, aunque dependerá de que se pueda encontrar un hueco en el calendario antes del cambio de mando, previsto para el 10 de diciembre.

La publicidad que Fernández dio a su comunicación con Macron es un dato político. Más allá de la gran integración regional que promueve el Grupo de Puebla, el nuevo Gobierno argentino deberá resolver cuestiones relacionadas con el Mercosur, el mercado común que mantiene con Brasil, Paraguay y Uruguay. Bolsonaro ha amenazado con dinamitar el Mercosur como parte de la guerra que ha declarado a Fernández, todo con el telón de fondo del acuerdo de libre comercio que el bloque sudamericano cerró este año con la Unión Europea.

El presidente de Brasil puso en duda la disposición argentina de honrar ese pacto, firmado por Mauricio Macri en el ocaso de su mandato, pero si Fernández logra una buena sintonía con Macron fortalecerá su posición ante Brasilia. Es justamente en Francia donde el acuerdo Mercosur-Unión Europea, pendiente de su aprobación en los respectivos parlamentos nacionales, encuentra más reparos.

Fuente;https://elpais.com/internacional/2019/11/09/argentina/1573313515_842334.html

 

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