El Tío Sam Quiere conocer hasta dónde puede llevar a sus robots de combate y qué podrían hacer China y Rusia con esta tecnología
El tío Sam ha puesto en marcha su maquinaria de reclutamiento. Sin embargo, no se trata de marines para luchar en Afganistán o de pilotos de caza para patrullar la frontera de Rusia. Lo que el Ejército de Estados Unidos ahora busca es un experto en ética que le ayude a discernir hasta dónde deberían llegar sus robots de combate.
Se trata de un perfil altamente especializado que demanda el Centro Conjunto de Inteligencia Artificial, que el Departamento de Defensa puso en marcha el año pasado.
«Se trata de una posición para alguien que no solo se esté pendiente de la técnica, sino que sea un especialista en ética«, ha asegurado el teniente general de la Fuerza Aérea Jack Shanahan. «Buscamos a alguien que tenga una profunda formación en ética, y luego ya los abogados verán como lo incorporamos dentro del Departamento de Defensa».
El departamento de Inteligencia Artificial del Ejército de Estados Unidos se encuentra aún en una fase incipiente. Fundado hace un año, cuenta tan solo con un presupuesto de 268 millones de dolares 60 personas. Sus objetivos, según destaca Shanahan, son «acelerar la adopción e integración de inteligencia artificial por parte del Departamento de Defensa para lograr que tenga impacto en misiones a gran escala».
Sin embargo, desde el Ejército norteamericano aun son conscientes de que pasará un largo tiempo hasta que éstos robots manejados por Inteligencia Artificial queden plenamente incorporados a sus despliegues militares.
ÁMBITOS DE USO
«Todavía nos queda un largo camino por recorrer hasta llevar a estos pilotos, prototipos e ideas a través del valle de la muerte de la tecnología pero queremos desplegar las capacidades de la inteligencia artificial a gran velocidad y escala«, sostiene Shanahan.
Entre los proyectos públicos en los que trabaja el ejército se encuentra un mantenimiento predictivo de los helicópteros SH-60 Seahawk, inteligencia artificial aplicada a proyectos de asistencia humanitaria para combatir desastres naturales, operaciones de inteligencia y automatización de proyectos en el ámbito de los negocios.
En el próximo 2020, el ejército norteamericano planea poner el práctica esta tecnología en la lucha contra incendios y en las maniobras militares. «Centraremos el esfuerzo en distintas facetas de las operaciones de combate de guerra con ámbitos como la fusión de inteligencia en operaciones, el establecimiento de centros conjuntos de mando y control, sensores de disparo acelerados, sistemas autónomos de enjambre, desarrollo de objetivos y para mejorar los flujos de trabajo en el centro de operaciones».
EL MIEDO A CHINA
El miedo a China es una de las principales motivaciones del ejército norteamericano para el desarrollo de la Inteligencia Artificial aplicada al combate. Según un comunicado, el Ejército de Estados Unidos es «consciente de que sus adversarios potenciales no comparten sus mismos valores éticos en ámbitos como la recolección y el uso de la información y los sistemas de inteligencia artificial son tan inteligentes como los datos a los que tienen acceso».
Asimismo, EEUU acusa a China y Rusia de no encontrarse sometido a sus mismas restricciones en el ámbito de la recopilación de datos.
«Las menores restricciones que tienen sobre la privacidad y las libertades civiles les brindan algunas ventajas para obtener datos más rápido y luego desarrollar capacidades más rápidamente como resultado de lo que tienen disponible en los datos», dijo.
Aún así, agregó, no es una conclusión inevitable que esto esté beneficiando a los militares chinos o rusos.
Una afirmación sorprendente teniendo en cuenta los numerosos escándalos en los que la administración norteamericana y sus agencias de inteligencia se han visto envueltos a lo largo de la última década, y con la NSA en el punto de mira, gracias a las revelaciones de Edward Snowden, Chelsea Manning o Julian Assange, entre otros.
Sin embargo, el «militar ético» que busca el Tío Sam también tendría que realizar algunas labores relacionadas con el ámbito de la inteligencia. «Es muy importante para nosotros el poder llegar a conocer los hechos sobre lo que China y Rusia están haciendo en el ámbito militar respecto a este campo».
Asimismo, Estados Unidos también reconoce que China cuenta con una ventaja potencial en el desarrollo de la Inteligencia Artificial. «Está dirigida desde arriba hacia abajo por parte del Gobierno y la Industria para promover los intereses nacionales», aseguran. «Algo que en Estados Unidos no sucede«, se lamentan.
Una debilidad que Shanahan busca compensar «estrechando lazos entre el Gobierno, la industria y la academia de Estados Unidos para poder avanzar tan rápido como China».
Fuente:https://www.elmundo.es/tecnologia/creadores/2019/09/12/5d7a861821efa0e4498b4693.html
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