En nuestro departamento, San Rafael, hay  aves representativas de todos los paisajes de Mendoza: palomas, gorriones, zorzales, horneros, teros, caranchos, lechuzas, chimangos, jilgueritos, picaflores, tordos, benteveos, calandrias… y muchas más.

 Es hermoso levantarse en las mañanas con el  cantar de los pájaros. Un sonido que puede trasladarnos a los mejores destinos naturales y  soñar que estamos en una casa en la montaña,  rodeados del entorno más bello que podamos imaginar. Si tenemos un árbol anidado por pájaros cerca de nuestra vivienda, debemos disfrutarlo, ya que las aves urbanas corren un gran peligro.

 No es fácil encontrar un lugar para vivir. Menos para las aves. La contaminación del medio ambiente, la tala indiscriminada, la expansión de la agricultura y el avance de las grandes ciudades atentan contra el hábitat de los pájaros.

Hay aves que contribuyen al proceso de limpieza del ecosistema, evitando de tal manera la generación de potenciales focos de infección y propagación de enfermedades, constituyendo un elemento de suma importancia en la cadena trófica. Estas aves reciben el nombre de carroñeros: el chimango, el cóndor andino, carancho y jote, entre otras.

  En la naturaleza, las aves son consideradas “guardianes de la diversidad” ya que cumplen un papel muy importante en la ampliación de zonas de distribución de las especies vegetales, dispersando las semillas en distintos lugares y permitiendo la polinización.

Las aves son también grandes controladores biológicos: sin la existencia de predadores naturales de ciertas especies, el ecosistema entraría en desequilibrio y abundarían animales como roedores, ofidios e insectos generando diversas plagas.  Si las aves desaparecieran de los ecosistemas urbanos, nosotros sufriríamos también las consecuencias de su marcha.

 La contaminación, el ruido y la destrucción de nidos diezman las poblaciones de gorriones y otras especies. ¿Qué hacer para ayudarles a sobrevivir?

 

Gentileza: Vázquez, Andrés N.

Estudiante Tec. Rec. Hídricos