El personaje histórico más representativo del charro mexicano, es el General Emiliano Zapata, quien aún antes de la Revolución era conocido en la región del Sur de México por ser un extraordinario jinete y arrendador de caballos.

El traje habitual del mariachi mexicano es el de charro, aunque el charro tiene poco que ver con la música. El mariachi es el músico y adopto el traje de charro como atuendo reglamentario.

“Vestirse de charro es como vestirse de México”, dijo en alguna ocasión el bardo español Manuel Benítez Carrasco, y es que aunque el caballo y su crianza no era conocida en México sino hasta después de la conquista española, fue en el país donde surgió el arte de lo que se conoció como charrería, la cual se profesionalizó en 1880 con la aparición del famoso “Charro Ponciano”, que se convirtió, gracias a los corridos, en una leyenda.

Sin embargo, su origen discutido dice que no es mexicano, y si, es de la provincia de Salamanca España y está estrechamente ligado con la ganadería, de hecho, a una parte de dicha provincia se le conoce como Campo Charro.

El termino tiene un significado peyorativo y proviene de la palabra euskera “txar”. ¿Qué relación tiene? Bueno, en castellano vendría a ser algo así: “char” según manifestación de la Real Academia y significa, malo o tosco, y les llamaban así a las personas que se dedicaban a la agricultura y ganadería, tenían gran destreza para montar y domar ganado, su indumentaria básicamente consiste en gorra , gorilla diría ellos, sustituida hoy por sombrero grande y flexible, blusa tipo camisón labrado que se abotona en el cuello con un botón afiligranado de oro o plata, chaleco con dos hileras de botones de plata, chaqueta corta aterciopelada, calzón, media, zapato, botín de paño o bota de montar y cinto, sustituido por la faja en la zona agrícola.

Cuentan que con el tiempo algunos fueron a México, llevando con ellos sus costumbres y forma de vestir, las haciendas teniendo la necesidad de emplear a personas que cuidaran el ganado y las parcelas, contrataban a vaqueros, que en México se les denominaba mayoral o caporal, en un principio se les llamaban “cuerudos” o «chinacos» ya que protegían sus ropas con piel de venado. Con el tiempo fueron imitando a los hacendados españoles ornamentando su indumentaria, llegando a ser como lo vemos hoy.

El traje de charros reglamentado, que puede ser de faena o de gala, debe ser confeccionado con lana, gamuza o la combinación de ambos materiales. Consta de pantalón, chaquetilla, botines y corbata. Algunos utilizan el jorongo o poncho. Prenda de abrigo que consiste en una manta cuadrada o rectangular, de lana o paño, con una abertura en el centro para pasar la cabeza, y que cubre desde los hombros hasta más abajo de la cintura; lo usan los campesinos. y por supuesto no puede faltar el icónico sombrero de ala ancha.

Recientemente, la charrería ha tomado un gran auge ya como actividad competitiva y reglamentada. Desde 2016 es considerada patrimonio inmaterial de la humanidad y encuentra su manifestación auténtica en las prácticas ecuestres desde la Colonia hasta la Revolución mexicana.

En un contexto con cada vez más equidad de género, cuentan con una Reina que los representa, pero la amazona se destaca y es una deportista activa en el medio de la charrería y su principal disciplina es la escaramuza charra. Para esta se utiliza una montura llamada albarda charra. Hay mujeres que practican otras suertes también muy intrépidas y espectaculares.

Gentileza: Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.