San Rafael, Mendoza 04 de mayo de 2024

Ajedrez, en tono artístico- Por:.Beatriz Genchi

El ajedrez fue un deporte muy practicado en las primeras décadas del siglo, y si pienso en figuras artísticas relevantes conectadas por las piezas, me viene a la mente Marcel Duchamp, hermanado en amistad con Man Ray y Salvador Dalí, y la obra de los artistas que se cruza de forma individual y colectiva bajo los movimientos del ajedrez.

Dalí, uno de los organizadores del simbolismo surrealista en el ajedrez. Con sus visiones y puestas plásticas en escena ha elevado la presencia óptica del ajedrez a un nuevo nivel del surrealismo. La visualización inconfundible de Dalí es el tiempo efímero, como lo conocen sobre todo los jugadores de ajedrez. En una de sus pinturas más famosas, titulada: “El Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada, un segundo antes de despertar”. Allí ilustra el pintor ampurdanés las visiones surrealistas. En este óleo mencionado del año 1944 Dalí combina los símbolos y como se aplican – de forma intencionada o no – en el ámbito del ajedrez.

Por otro lado, Marcel Duchamp (1887-1968) siempre dio rienda suelta a su pasión por el ajedrez y lo practicó con denuedo cada tarde durante más de diez veranos, y se sabía que fue tutor de nada menos que de Bobby Fischer.

La relación artística que se puede establecer entre Dalí y Duchamp es nula. El uno es visceral, el otro cerebral. Sin embargo, amigos íntimos, Duchamp veraneaba en Cadaqués y se les podía ver paseando juntos por el pueblo, en los toros o jugando al ajedrez.

Resulta que hay un momento en la historia del Arte Contemporáneo muy importante que, según algunos críticos, supuso el «trasvase» de las primeras vanguardias a las segundas. Fue el martes 7 de Febrero de 1966, en Nueva York. Allí estuvieron Duchamp, Dalí, Warhol, con la Velvet Underground (banda de rock estadounidense, activa entre 1964 y 1973) incluida, Man Ray y más amigos.  ¿El motivo? Una exposición para recaudar fondos a favor de un asilo para ajedrecistas pobres.

Una de las obras allí expuestas y vendidas fue un ajedrez diseñado por Dalí (Homnage a Marcel Duchamp) donde muchas de las piezas eran dedos. Después, Duchamp y Dalí jugaron al ajedrez, y Warhol los filmó mientras Duchamp permanecía inmóvil. Ahí tenemos el transvase de vanguardias.

En 1919, Duchamp realizo su primer tablero de ajedrez, en el que todas las fichas están diseñadas por un artesano, menos el caballo que la diseñó él mismo. En la primavera de 1967, el artista moldeó en bronce su rostro y su brazo derecho, en actitud pensativa, apoyados por el codo en la mitad de un tablero de ajedrez, donde sólo queda una pieza: el caballo. Esto fue cuando le quedaba un año de vida y quizá ya estaba pensando en el final del juego. Como dudando sobre cuál será su próximo movimiento. Sin duda, esa ficha lo representa a él y vuelve a usarla en esta última obra, premonitoria,

Gentileza: Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

 

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