En plena investigación por las denuncias de abusos sexuales en el Cristo Orante de Tupungato,  que tiene a dos monjes acusados, el Arzobispado de Mendoza emitió un comunicado en el que pide que se escuche también sus “verdades” y tildando de falaces e injuriosas algunas publicaciones de diferentes medios.  

A fines del año pasado salieron a la luz detalles de la denuncia de un joven ex seminarista en la Justicia mendocina. La víctima dijo haber sufrido ataques sexuales en el Monasterio del Cristo Orante, mientras estuvo internado. Por esa denuncia están imputados y detenidos desde el 27 de diciembre pasado los curas Oscar Portillo y Diego Roqué.  

En su misiva pública, el Arzobispado resalta, como contraste a lo que han comunicado los medios, que la víctima (el denunciante) no se ha presentado para ampliar su declaración.

“Ha sido citado por este Arzobispado, así como por el Tribunal eclesiástico de Buenos Aires a fin de ponerlo al corriente de la causa penal canónica y para que ratifique o amplíe su denuncia. No se ha presentado. Podemos comprender su dolor, pero lamentamos que la destructiva interferencia de terceros con otros intereses, lejos de ayudarlo lo aísle de toda posibilidad de expresión e información”, afirma el texto.

Al referirse a los “terceros”, la Iglesia local apunta a Carlos Lombardi, el abogado de la víctima, a quien también le dedica otros párrafos. Por ejemplo, al rechazar lo que el letrado afirma acerca de que las víctimas se verían obligadas a viajar a Buenos Aires para seguir las instancias del caso, lo que representaría “una violación sistemática de los derechos de las personas que sufrieron abuso eclesiástico”. Sin embargo, el Arzobispado asegura, categóricamente, que “aquí en Mendoza se ofreció al denunciante la posibilidad de comparecer”.

Para el final se guarda una observación contundente: “El abogado Carlos Lombardi, renunció en 2006 a intervenir en causas canónicas”.

Próvolo: a la monja Kumiko le duró poco la libertad

Pocas horas duraron las buenas noticias para Kosaka Kumiko, la monja acusada en los abusos del instituto Próvolo, quien recibió la orden de liberación el jueves, pero el viernes quedó otra vez formalmente arrestada.

Como publicó Los Andes, la religiosa japonesa quedaba libre en algunas de sus causas, aunque seguirá detenida por otros hechos y por orden del fiscal Gustavo Stroppiana.

La sospechosa está imputada por varias denuncias; en algunas los jueces Ariel Spektor, Diego Lusverti y Eduardo Martearena decidieron darle la libertad al considerar que no había riesgo de fuga. En las restantes no se pronunciaron.

En este contexto, el tribunal la dejaba libre con el pago de una fianza de $2.000.000. Sin embargo, el fiscal retomó los otros hechos y ordenó este viernes que siga detenida en su domicilio.

Fuente:https://losandes.com.ar/article/view?slug=cristo-orante-duro-comunicado-del-arzobispado-de-mendoza