A las 16.30 del 22 de marzo de 1833, desde la Guardia de San Miguel del Monte, al mando de Juan Manuel de Rosas, parte la División “Izquierda” de las fuerzas que por orden del gobernador de Buenos Aires, Juan Ramón Balcarce, debían dirigirse al “desierto” con la misión de combatir a los aborígenes alzados contra la autoridad y que con sus ataques a poblados y establecimientos instalados al sur de la provincia, sembraban el terror e impedían el avance de la civilización hacia esos territorios.
Iban con esos soldados, hombres de ciencia especialmente designados para efectuar observaciones astronómicas, tales como medición de longitudes y latitudes, estrellas, declinación del sol y comprobación de los eclipses del primer satélite de Júpiter, así como registros de temperaturas, de la presión atmosférica y de la dirección de los vientos.
Los accidentes topográficos debían ser anotados cuidadosamente día tras día, indicando ubicación de las montañas, el curso de los ríos y la calidad de sus aguas, las características del terreno, de sus pastos y de su vegetación en general.
Los objetivos de interés para la historia natural que se encontraran en el camino, debían ser descritos minuciosamente. Todos los elementos que parecieran de importancia científica, tal como piedras, yesos, arcillas y sales minerales o vegetales diversos, habrán de ser clasificadas convenientemente y enviadas a Buenos Aires para su posterior análisis y estudio.
Además se explorarán palmo a palmo los ríos Colorado y Negro, levantándose mapas sobre el recorrido de los mismos, sus costas, su caudal de agua y sus condiciones de navegabilidad.
Entre quienes participaron de esta campaña para realizar estos trabajos se encontraban el erudito científico italiano Nicolás DescaIzi, comisionado como astrónomo explorador para el reconocimiento de ambas márgenes del río Negro hasta la confluencia del Limay con el Neuquén. Para ello tomó el mando de la goleta “Encarnación”, siendo acompañada por la ballenera “Manuelita” y dos canoas. Con un destaque importante para esos tiempos de nuestro pais, antes y después de la campaña que no he visto reflejado en reconocimiento.
El ingeniero agrónomo y militar Feliciano Chiclana (hijo), como oficial científico. Con la orden de proceder al relevamiento topográfico e hidrográfico de la región, lo que efectuó a bordo de la goleta San Martín, al mando del sargento mayor Juan Bautista Thorne. Se destacó como agrimensor de los pagos incorporados a la línea de frontera por lo que alcanzó el grado de coronel.
Y hasta el célebre Charles Darwin estuvo en el campamento de Río Colorado, donde realizó algunos trabajos de investigación que consignó más tarde en una de sus obras, si bien a las observaciones de lugares, fauna, flora de la región, añadió datos peregrinos, como decir que: “Rosas y sus hombres eran soldados españoles que estaban guerreando contra los indios”
Gentileza: Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.
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