El patovica es un personaje muy conocido en el mundo de los jóvenes, ya que es la persona encargada de controlar el ingreso de quienes concurren a los llamados «boliches bailables» u otros establecimientos de divertimento nocturno.
La actividad que desarrollan estas personas comienza a conocerse alrededor del último cuarto del siglo pasado. El gran flujo de personas a estos locales comenzaba a generar problemas para el ingreso, ya fuera por exigencia de contar con una determinada edad o dar señales de encontrarse bajo el efecto del alcohol u otras drogas.

En la actualidad, estos locales nocturnos se han esparcido por todo el territorio nacional y, naturalmente, crearon fuentes de trabajo para este personal de control.

Rastreando los orígenes del término, pude saber que por 1930 existió un establecimiento llamado Los Ñanduces…donde se criaban patos y algunos dicen que también pavos, en la localidad de Ingeniero Maschwitz, provincia de Buenos Aires. El uruguayo Victor Casterán, propietario del lugar crio esta especie, a la que bautizó con las primeras letras de su nombre y apellido. A veces, escrito como Pato Vicca con dos “c”. En esta planta se criaban los patos alimentados con leche y cereales, procurando el engorde rápido de los ejemplares. Y refieren que esa planta contaba con cámaras frigoríficas para 12.000 patos, que consumían 1.200 litros de leche y 10.000 kilos de cereales por día.

En los años cincuenta, en Buenos Aires se comenzó a llamar “patovica” a los fisicoculturistas, aquellos que querían emular a Charles Atlas. Parece que conseguían esos cuerpos musculosos con muchas horas de gimnasio y con el agregado de una alimentación hiperproteica e hiperhidrocarbonada. La alta ingesta de proteínas se adquiría consumiendo varios litros de leche al día, y el aporte extra de glucosa lo hacían endulzando esa leche con Glucolín un preparado concentrado de glucosa. Aun no se conocían los anabólicos.

Como los patos de ese criadero, generalmente eran doble pechuga  y grandotes también fue la coincidencia que hizo que se denominaran popularmente a los fisicoculturistas con el apodo de «Patos Viccas», y por contracción de las palabras, patovicas.

Gentileza: Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.