El álbum amicorum es un antecesor del libro de autógrafos o del actual facebook. Las inscripciones en el amicorum, sin embargo, fueron aportadas por amigos personales y con frecuencia tenían unas pocas páginas.
El álbum amicorum o «libro de amigos» se originó en Alemania a mediados del siglo XVI y rápidamente se puso de moda entre los estudiantes que pasaban de una universidad a otra en el curso de sus carreras académicas. Tanto los profesores como los compañeros de estudios hicieron su contribución a estas páginas y algunos de los álbumes contienen inscripciones de los principales académicos de esos días.
Muchos de los álbumes también contienen ilustraciones, algunas veces contribuciones de los propios firmantes y otras comisionadas, por artistas profesionales que trabajan de manera directamente descendiente de la de los iluminadores de siglos anteriores.
Solemos decir que la historia se repite, que ya todo está inventado o que no hay nada nuevo en el mundo, en parte con razón, aunque es verdad que sí hay novedades que constantemente nos asombran.
Una de las grandes y aparentes invenciones del siglo XXI son las redes sociales, ubicuas maneras de relacionarse a través de esa maravilla que es internet, vehículos de intercambio de opiniones, felicitaciones, imágenes y por qué no, de insultos.
Igual que ayer, mientras más amigos y comentarios tuviera uno (influencers?) en su álbum amicorum más podías presumir de popularidad, lo cual tenía un efecto viral, ya que los estudiantes más populares recibían más peticiones de otros para comentar en sus libros, les suena? No había YouTube, por lo que los usuarios tenían que escribir directamente los textos de las canciones y los versos, pero el resultado era el mismo. De hecho, poetas y juglares principiantes buscaban promoverse a través de este vehículo ofreciéndose a escribir para otros en sus libros. Muy común era también escribir en varios idiomas, igualmente para presumir de capacidades lingüísticas entre los conocidos y patrones potenciales.
Las mujeres, aunque no acostumbraban a estudiar en la universidad y menos a viajar solas, utilizaban sus álbumes amicorum para guardar secretos, bromas, comentarios y críticas sobre el vestido de tal o cual celebridad y detalles sobre los hombres a los que amaban, información que igualmente compartían con sus amigas más cercanas para que estas las comentaran. Algo más personal que profesional, pero tan social como el de los hombres.
En la actualidad existe una gran colección preservada en varias universidades y en la Biblioteca Real de los Países Bajos. Entonces Mark Zuckenberg sólo transformó el papel en impulsos.
Gentileza: – beagenchi@hotmail.com
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.
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