La escultura original de “El Pensador” del artista parisino Auguste Rodin realizada con la colaboración de la escultora Camille Claudel, fue creada en 1880 y formó parte de un encargue realizado por el estado francés. La pieza medía 70 centímetros y formaba parte de “La puerta del Infierno”  obra compuesta por distintas figuras inspiradas principalmente en la Divina Comedia de Dante Alighieri, Las flores del mal de Charles Baudelaire y por el libro Metamorfosis del poeta latino Ovidio. Y otras figuras ya realizadas por él, individualmente.

En medio del tímpano hay una figura que se dice podría representar a Dante Alighieri, el autor de “La Divina Comedia”, inclinado hacia adelante observando todo lo que se encuentra en el infierno mientras medita su obra. Al exponer la figura en forma separada de su conjunto, Rodin incrementó su tamaño (hizo una figura de 1,90 metros) y la rebautizó “El Pensador”. En 1906, fue colocada en la entrada del majestuoso Panteón de París. Algunos críticos aun hoy, preguntan si no era una contradicción que un musculoso pensase. El autor respondía que esa, era la síntesis del hombre, ya que realiza trabajos físicos, pero también reflexiona.

En Buenos Aires, el primer director del Museo Nacional de Bellas Artes Eduardo Schiaffino, encargó al escultor francés un “Pensador” para colocarlo en la escalinata del palacio del Congreso, siguiendo el ejemplo del original que se encontraba en el Panteón de Paris. La obra llegó a nuestro país en 1907. Se trata de un ejemplar fundido del molde original y cuenta con la firma del autor. Mientras el original  abandonó su lugar de privilegio en el Panteón para pasar al Museo Rodin (también en París), obras similares se enviaron a Filadelfia (Estados Unidos), Berlín y Estocolmo.

Como la culminación del actual edificio del Congreso Nacional estaba demorada. La escultura se instaló a unos doscientos metros, en la Plaza Lorea, aguardando a que el Palacio Legislativo se completara y la recibiera.

En 1927, Schiaffino escribía: “Han pasado veinte años y todavía la obra maestra continúa sacrificada. En esa plaza inmensa, parece una mosca en un billar”.

A finales de la década de 1960, la actual avenida de Mayo pasó a ser mano única, y se unió a la avenida Rivadavia a través de una curva, que dividió a la plaza Lorea en norte y sur. “El Pensador” quedó en el sector sur, en un lugar renombrado como plaza Mariano Moreno.

Desde hace algunos años se discute si “El Pensador” debe ser llevado a la escalinata del monumental edificio. Este Dante reflexivo y atlético (¡por trabajador!), continúa sin poder entrar al Congreso de la Nación Argentina.

Gentileza: Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.