El estadounidense Deontay Wilder retuvo este sábado su título de los pesos pesados por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) tras empatar ante el británico Tyson Fury después de 12 asaltos en el Staples Center de Los Ángeles. Wilder derribó a su oponente en dos ocasiones, pero se mostró errático durante toda la velada, conectando únicamente el 17% de sus golpes ante un contrincante que contragolpeó cuando quiso y a punto estuvo de llevarse el triunfo. 

«Pienso que con las dos veces que lo derribé gané la pelea. Nos dejamos el corazón ahí afuera esta noche. Los dos somos guerreros, pero creo que yo gané (…) Me encantaría que (la revancha) fuera mi próximo combate. ¿Por qué no? Démosle a los aficionados lo que quieren ver, fue una gran pelea, hagámoslo de nuevo», dijo Wilder al final. Y es que los jueces no se pusieron de acuerdo: 115-111 para Wilder, 114-112 para Fury y 113-113 después de que Wilder lanzara 103 golpes más que su rival (430 por 327) pero impactara 13 menos (71 por 84).

«Espero haberos hecho sentir orgullosos después de tres años fuera del ring. No iba a ser noqueado hoy. Mostré un gran corazón para levantarme (…) Al 100% haremos la revancha. Somos dos grandes campeones. Yo y este hombre somos los dos mejores boxeadores de los pesos pesados del planeta», señaló por su parte Fury. Con este resultado, ambos continúan invictos: Wilder tiene un récord de 40 victorias (39 de ellas por nocaut) y un empate, mientras Fury se queda con 27 triunfos (19 por KO) y un empate.

Fury puso el show y Wilder la emoción

Delante de casi 18.000 personas ávidas de presenciar uno de los mayores espectáculos pugilísticos de la actualidad, en una categoría que ha perdido reputación y aficionados en los últimos años por falta de un dominador carismático, Wilder y Fury protagonizaron una batalla a la altura. Fury puso el show y Wilder la emoción. El apodado Rey de los Gitanos entró en el cuadrilátero como una estrella de Hollywood, apoderándose de los focos en la casa de su rival.

Cientos de británicos celebraron su entrada así como poder ver a su ídolo en territorio estadounidense. Música, baile, burlas… el carisma que los pesados echaron de menos en los últimos años mientras él luchaba con la depresión y la adicción a las drogas. Por el otro lado, Wilder ingresaba con una máscara doradaen busca de la atención que le falta en su país. Y rápidamente comenzaron los golpes.

La premisa de Fury estaba clara: llevar la pelea lo más lejos posible, sabedor de la potencia de los puños del local. Así, cada golpe errado por Wilder era una pequeña victoria para el británico, que se mostró esquivo durante los 12 asaltos. Y a punto estuvo de salirle bien.

Doble derribo

Wilder se sostenía en el poder de su derecha pero, como había dicho Fury en la previa, «no se puede derribar lo que no se puede golpear». Errático, el norteamericano no se mostró cómodo en ningún momento. Fury llevaba el combate a su terreno, conectaba con el jab y mantenía la distancia. Los expertos daban el triunfo parcial al británico, que ejecutaba mejor su plan… hasta que en el noveno round Wilder conectó una gran combinación sobre la cabeza de su contrincante, derribándolo por primera vez tras un derechazo en el cráneo.

El público lo celebró con rabia. Fury se levantó al instante, pidiendo aún más. Tras burlarse del estadounidense durante todo el combate, su rostro se tornó serio por primera vez.

Pero no se descompuso y siguió a lo suyo, conservando la calma. Sin embargo, en el último asalto, Wilder lo mandó de nuevo a la lona tras un poderoso gancho a la mandíbula. Fury miraba al cielo, con la mirada perdida. Parecía que su combate se marchaba definitivamente, pero logró levantarse en los últimos segundos y siguió luchando, metiendo incluso el miedo en el cuerpo del local con dos buenos golpes que a punto estuvieron de tumbarlo.

Así, tras varios minutos de incertidumbre, delante de leyendas del boxeo como Floyd Mayweather o Evander Holyfield y del baloncesto como Shaquille O’Neal, los jueces emitieron su veredicto: 115-111 para Wilder, 114-112 para Fury y 113-113. Los dos parecieron satisfechos y abandonaron el ring citándose para el futuro cercano. El británico Anthony Joshua, campeón mundial por la Asociación Mundial, la Federación Internacional y la Organización Mundial de Boxeo, tendrá que esperar…

Fuente:https://www.elmundo.es/deportes/mas-deporte/2018/12/02/5c03a5c5fc6c83f0748b45a7.html