San Rafael, Mendoza 18 de mayo de 2024

Gran festejo nazi en el Luna Park de Buenos Aires -Por: BEATRIZ GENCHI

Con motivo de festejar la anexión de Austria a la Alemania nazi en el año 1938, una multitud se reunió en el tradicional estadio. Pese a las protestas y a la oposición de movimientos estudiantiles, se llevó a cabo el acto nazi más grande fuera de Alemania del que se tenga registro.

Nunca fue solo un «Palacio de los Deportes» como lo llaman, fundado por Ismael Pace y José Lectoure en 1931, es sede de actos políticos de todo tipo, cierres de campaña, discursos y casamientos.

Quizá por el momento en el que ocurrió y lo impactantes que resultan las imágenes vistas años después, uno de los eventos más desconcertantes que se llevó a cabo en el Luna Park fue la celebración multitudinaria del “Anschluss”, el término alemán que significa «reunión». Es que el dictador, pese a que ya había hecho pie en territorio austríaco, convocó para abril a un referéndum con la intención de que el pueblo revalidara lo que de hecho ya había sucedido: la anexión de Austria a lo que él llamaba «La Gran Alemania».

Para eso, austríacos y alemanes que estuvieran en cualquier parte del mundo debían mostrar su adhesión participando de una especie de referéndum. Así ocurrió en varios países. Y también en la Argentina, donde, según los diarios de la época, se estima que los primeros días de abril de 1938 se acercaron a las urnas cerca de 25 mil personas que votaron simbólicamente en clubes, escuelas y distintas instituciones alemanas que funcionaban en el país.

Las autoridades argentinas bajo la presidencia de Roberto Ortiz, dieron el visto bueno para que tuviera lugar el corolario de los eventos de aquellos días: la celebración nazi del llamado «Día de la Unidad Nacional en el Luna Park». Entre doce y veinte mil personas llegaron hasta las proximidades de Corrientes y Bouchard. En paralelo, los estudiantes universitarios, que habían pedido permiso para llevar adelante una actividad más extensa para honrar a San Martín y defender de esa manera la soberanía argentina, se iban reuniendo para homenajear al Libertador pero debían limitarse a dejar una ofrenda floral porque, según las autoridades, no había suficientes efectivos policiales para custodiarlos. Eso no les impidió reunir a una multitud mientras otra vitoreaba al líder nazi en el Palacio de los Deportes y repetía el saludo «Heil, Hitler» con los brazos en alto.

En la Plaza San Martín, a pocas cuadras del mítico estadio, la Federación Universitaria Argentina (FUA) intentaba llevar adelante un acto de desagravio, que terminó con dos muertos, represión policial, heridos y disturbios. La tensión en las calles era evidente. El Luna Park estaba rodeado de efectivos de las distintas fuerzas de seguridad mientras decenas de delegaciones llegaban al estadio.

Una de las publicaciones que mayor cobertura brindó al hecho fue el diario Crítica, de la familia Botana, que desde comienzos de abril de 1938 fue detallando cómo eran las votaciones en las instituciones germanas, la oposición de los sectores políticos, la intervención del Poder Judicial que permitió el acto y la reacción de los estudiantes.

En una de sus crónicas, el diario cuenta que a dos periodistas no les permitieron ingresar «por ser de Crítica» y que entonces decidieron acceder, como el resto, pagando su entrada, que costaba 20 centavos. Según la crónica, el recinto estaba irreconocible, escribió el cronista y agregó: «No reconocemos al viejo estadio. Ni el mismo Lectoure lo reconocería».

Además, Crítica detalló que dentro del Luna Park y en los alrededores se vendían postales, insignias y banderas nazis como souvenirs, tal como ocurre hoy cuando hay recitales en el lugar y las veredas de Bouchard y Corrientes se llenan de vendedores al paso.

En el diario La Nación, en cambio, eligieron darle al encuentro otro matiz. Se refirieron a éste como «un acto de adhesión al Gran Reich» que congregó a la «colectividad germano-austríaca».

También se refirió al tono de agradecimiento de los alemanes con las autoridades argentinas que permitieron que se llevara adelante el acto.

Según las crónicas periodísticas de la época, centenares de manifestantes y curiosos rodeaban el lugar, mientras cantaban el himno nacional argentino. Desde allí, salieron columnas de estudiantes y agrupaciones políticas que querían llegar hasta los alrededores del Luna Park. Había empezado a circular el rumor de que un grupo de nazis había prendido fuego una bandera argentina y querían ir a defender su honor.

Con dos muertos y muchos heridos horas después del acto nazi más grande del que se tenga registro fuera de Alemania, terminaba de esa manera una jornada tristemente célebre para la historia.

Gentileza: BEATRIZ GENCHI – beagenchi@hotmail.com

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