El ministro de Defensa argentino, Oscar Aguad, asegura que no hay tecnología para el rescate de “una mole de 2.300 toneladas” sumergida 900 metros en el mar
El submarino argentino Ara San Juan y sus 44 tripulantes descansarán para siempre en el fondo del mar. Al menos esa es la decisión del Gobierno argentino, que ha rechazado cualquier posibilidad de rescate. El ministro de Defensa, Oscar Aguad, puso un freno a las expectativas de las familias de los marinos muertos, concentradas ahora en el reclamo de que el buque accidentado hace un año en el Atlántico sur sea reflotado cuanto antes. “No es una decisión del Ejecutivo, es que no se puede”, dijo Aguad.
La empresa estadounidense Ocean Infinity encontró el casco del Ara San Juan en la madrugada del sábado, apoyado sobre un sector de barrancos a 900 metros de profundidad y 600 kilómetros de la costa de la Patagonia argentina.
La ubicación del submarino argentino no es la mejor y las condiciones del agua en esa zona, sometida a fuertes corrientes, pueden convierten en una quimera cualquier intento de rescate. La profundidad y el mal estado del casco, que implosionó por la presión del agua y puede partirse en caso de manipulación, completan un combo difícil de superar. «Es imposible tecnológicamente, no existe la tecnología adecuada. El submarino está en una profundidad que los técnicos dicen que no se puede sacar, además está en un barranco», dijo Aguad. “Es tanto el dolor de algunos familiares, que todavía están haciendo el duelo, que no se pueden generar estas expectativas. Hay pícaros que dicen estas cosas aún sabiendo que no se puede hacer [el rescate]. No se puede jugar así con el dolor», agregó el ministro.
Aguad no es el único que piensa así, aunque cuando las fuentes son no oficiales comienzan los matices. El presidente de Ocean Infinity, Oliver Plunkett, dijo que rescatar al ARA San Juan será “sin duda a operación muy compleja”. “No sé si ha habido un recupero de un submarino a esas profundidades”, advirtió en declaraciones a CNN. Ocean Infinity encontró el casco horas antes de dar por concluidos dos meses de trabajo en alta mar. Antes del final, uno de los expertos de la empresa recomendó revisar nuevamente la zona 1, donde se concentraron los trabajos de búsqueda apenas desapareció el submarino, advertido por una imagen captada el jueves que le pareció convincente. Un vídeo, difundido el domingo por la compañía, muestra el momento del hallazgo. En una habitación atestada, un grupo de técnicos mira los monitores que reproducen la imagen captada por la nave no tripulada enviada a las profundidades. El ARA San Juanaparece abollado por la implosión y con su vela y su proa desprendidas.
El antecedente de rescate más cercano es el del submarino nuclear ruso Kursk, hundido en 2000 con 118 marinos a bordo. El buque estuvo 14 meses bajo el agua, hasta que finalmente fue reflotado por la Armada rusa a un costo de 65 millones de dólares. «Fue un caso diferente”, aclaró Enrique Balbi, portavoz de la Armada Argentinadurante los primeros meses que siguieron al accidente del ARA San Juan. El Kursk “se hundió a 100 metros de profundidad, y medía 150 metros, por lo que en forma vertical sobresalía a la vista de cualquiera. Además, no estaba implosionado. Lo que hizo la federación rusa fue utilizar buzos para seccionar la proa con una herramienta especial y después izarlo a la superficie”. Sobre el ARA San Juan, opinó que “está colapsado y muy debilitado por la deformación y torción del casco, abollado. En el riesgo de querer izarlo más allá de lo que cueste o dure, se puede llegar a romper la estructura. Además, la maniobra es un riesgo para aquellos que quieran reflotarlo», explicó.
El costo de un eventual rescate también pesa en las expectativas argentinas. La prensa local estimaba una cifra cercana a los 4.000 millones de dólares (3.300 millones de euros) para financiar el rescate. Aunque la cifra no tiene fundamento oficial, al ministro Aguad le pareció, al menos, creíble. “Si cuesta 4.000 millones de dólares sería un disparate invertir esos recursos, es una opinión personal. En un país con un 30% de pobreza [como Argentina] sería un disparate”. El Gobierno quiere que los esfuerzos se destinen a la investigación judicial sobre las causas del accidente, otro de los reclamos de los familiares.
La jueza que tiene a cargo el caso, Marta Yañez, no tiene pensado, al menos por el momento, pedir que saquen el submarino del fondo del mar. Según dijo, puede obtener las pruebas que necesita sobre el accidente allí donde está ahora el casco. Contará, de inmediato, con 67.000 fotos y vídeos en alta definición registrados por los robots de Ocean Infinity. Todo apunta a que el ARA San Juanserá la tumba definitiva de sus 44 tripulantes.
Fuente:https://elpais.com/internacional/2018/11/19/argentina/1542658130_464283.html
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