Los expresidentes Dilma Rousseff, Cristina Fernández de Kirchner y José Mujica encabezan un foro de pensamiento crítico en Buenos Aires
Alejados del poder en los grandes países de Suramérica, exdirigentes de centroizquierda regionales eligieron reencontrarse en Buenos Aires, sede de la inminente cumbre del G20.
Reivindicaron conquistas de derechos sociales que ahora ven peligrar, pero también llamaron a la unidad para frenar el avance de la derecha. «A volver, a volver, vamos a volver», coreaban esta tarde miles de personas en el estadio Ferro Carril Oeste cuando la expresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, subió al escenario. «Debemos acuñar una nueva categoría de frente social civico patriotico en el cual se agrupen todos los sectores que son agredidos por las políticas del neoliberalismo que no es de derecha o de izquierda», dijo Kirchner durante su exposición en el primer Foro mundial de pensamiento crítico. «Necesitamos un frente democrático lo más amplio posible» contra el neoliberalismo y el neofascismo, había dicho un par de horas antes la exmandataria brasileña Dilma Rousseff, recibida al grito de «Lula livre».
Ambas políticas fueron las estrellas de la primera jornada del foro organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) diez días antes de la reunión de jefes de Estado del G20. En el foro está prevista también la participación de los expresidentes José Mujica (Uruguay) y Ernesto Samper (Colombia). En cambio están ausentes los líderes que resisten desde el Gobierno el giro a la derecha continental, como el boliviano Evo Morales o el uruguayo Tabaré Vázquez. «El G20 es la contracumbre, porque ellos se encierran a discutir lo que nunca dicen; ellos no dialogan con el pueblo», declaró el secretario general de Clacso, Pablo Gentili, entre aplausos del público.
Casi 50.000 personas se habían inscrito para participar en el Foro, pero sólo una mínima parte pudo ingresar en el estadio, que a primera hora de este lunes festivo ya estaba abarrotado. Miles de personas invadieron las calles y vías de tren adyacentes. Al ver que no podían entrar optaron por seguir los discursos en pantallas gigantes habilitadas en la calle o por internet en sus casas. Dentro, en las primeras filas, había legisladores, alcaldes y exministros kirchneristas junto a varios dirigentes sindicales.
Rousseff destacó la importancia del encuentro en Buenos Aires, celebrado pocas semanas después de la elección del ultraderechista Jair Bolsonaro como nuevo presidente de Brasil. «Vengo antes que nada a conversar con nuestra América Latina, a la que hoy los que ganaron las elecciones están dándole la espalda», señaló la exmandataria. El bloque regional Mercosur -formado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay- no será una prioridad para Bolsonaro, según dejaron entrever miembros de su futuro Gobierno.
Para Rousseff, el juicio político que derivó en su destitución «se hizo para poder devolver Brasil al neoliberalismo» y advirtió sobre el uso perverso de las noticias falsas a través de las redes sociales durante la campaña electoral. «Esta elección creó un nuevo territorio de disputa, que prescindió de organizaciones partidarias. Si los Estados Unidos usaron Facebook, Brasil usó Whatsapp».
Fernández de Kirchner también entró al debate sobre la manipulación en las redes sociales: «Estamos en una sociedad donde a través de los medios electrónicos te estudian y segmentan como si fueras una rata de laboratorio, diciéndote lo que querés escuchar. No es La vida de los otros, ¿pero no se parece bastante?». La actual senadora pidió también «repensar nuevas arquitecturas institucionales» que den cuenta del mundo actual y permitan regular actores que antes no existían, como las empresas transnacionales y los organismos crediticios.
Arropada por sus seguidores y visiblemente relajada a pesar del calor, la expresidenta argentina convirtió su discurso en un mítin en el que arremetió contra la política económica de Mauricio Macri. El endeudamiento, el rescate solicitado al Fondo Monetario Internacional, la inflación anual superior al 40% y el aumento de la pobreza fueron algunas de las críticas dirigidas contra el Gobierno de la alianza conservadora Cambiemos. La exmandataria denunció también el discurso xenófobo que toma fuerza en el continente: «Hay algunos Hitlers modernos que acusan a los inmigrantes de ser los responsables de que en un país no haya trabajo. La falta de trabajo debe ser buscada en las políticas públicas que se han implementado», remarcó.
Fernández de Kirchner, posible candidata a presidenta en 2019, cuestionó «qué hacer cuando uno llega a un gobierno y hace lo contrario a lo que dijo en campaña», al citar varias de las promesas incumplidas por Macri, como la bajada de impuestos a los trabajadores y a los empresarios y el control de la inflación. La crisis económica que atraviesa Argentina y la caída de popularidad de Macri le hacen soñar con un regreso al poder.
Fuente:https://elpais.com/internacional/2018/11/19/argentina/1542658080_425753.html
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