En un congreso internacional en México se firmó una declaración para producir con mayor trazabilidad, sustentabilidad y reducir las pérdidas y desperdicios.
Unos 1.300 millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año, según la FAO, por pérdidas productivas, logísticas y de almacenamiento.
En el marco del XIV Congreso Internacional para la Promoción del Consumo de Frutas y Verduras, que comienza este martes en Tuxtla Gutiérrez (México), los representantes asistentes de la Alianza Global de Promoción del Consumo de Frutas y Verduras “5 al día”, que provienen de 23 países (entre ellos el argentino Mariano Winograd), firmaron un compromiso global para luchar contra el hambre y trabajar en la producción de alimentos sanos y seguros.
En sus principales puntos, la declaración de Tuxtla Gutiérrez establece que los gobiernos y la sociedad civil deben reflexionar sobre el problema ético que supone la pérdidas y desperdicio de alimentos y que todos los sectores de la sociedad deberían establecer alianzas estratégicas e intercambiar buenas prácticas para promover sistemas de producción más sostenibles y justos, en los que prevenir la pérdida y desperdicio de alimentos sea un objetivo clave.
La declaración fue firmada por representantes de 23 países, que participan de la alianza global «5 al día».
También plantea que es urgente la capacitación, desarrollo e incentivos al campo para promover el uso de la tecnología para el monitoreo de cultivos y tratamientos postcosecha, así como la presencia de canales de distribución más cortos, con el fin de lograr sistemas alimentarios más sostenibles y justos con los productores y más asequibles para los consumidores.
La declaración también señala que es necesario incentivar la donación de alimentos en la producción y distribución, así como facilitar la tarea a los Bancos de Alimentos para recibir y distribuir alimentos seguros y nutritivos que tienen mermada su calidad comercial, así como valorar la aplicación de medidas fiscales e incentivos económicos a la donación.
El documento también se refiere a la trazabilidad y a la educación de los consumidores: “Es importante revisar en profundidad las normas de etiquetado que rigen el uso de fecha de consumo preferente y fecha de caducidad, así como hacer un esfuerzo en capacitar a los consumidores en su correcta interpretación. La educación nutricional de la población, es clave para la sostenibilidad y la seguridad alimentaria”.
Mariano Winograd, referente de la asociación argentina «5 al día», participó de las deliberaciones.
Además se indica que la alimentación sostenible debe ser un criterio a considerar a la hora de establecer las guías alimentarias basadas en alimentos, no solo en cuanto a la promoción del consumo de alimentos con una menor huella ecológica, hídrica y de carbono, tales como los alimentos vegetales frescos destacando especialmente las frutas y hortalizas, también incorporando herramientas para la reducción de desperdicios en el hogar.
En la declaración se recuerda que cerca de 1.300 millones de toneladas de alimentos se pierden o desperdician cada año, cantidad que según FAO podría alimentar a 2.000 millones de personas, en un mundo el que 842 millones de personas sufren de hambre crónica.Lograr reducir el nivel actual de las pérdidas a la mitad, reduciría de forma sustancial el incremento previsto del 60% en la producción de alimentos que serían necesarios para alimentar en 2050 a los 9.000 millones de población esperada.
Fuente>https://www.clarin.com/rural/frutas-verduras-compromiso-salud-luchar-hambre_0_xgdj4ksrG.html
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